viernes, 31 de octubre de 2008

Foto antigua del puerto


JORGE RODOLFO RITTER

Nació En Asunción en 1915, pero desde el año 1947 se radicó en Concepción.
Sus estudios primarios y secundarios los hizo en Asunción. Y los universitarios en la Facultad de Medicina de la UNA en Asunción.
En 1932 lo sorprende la guerra del Chaco estando en el 3er curso del colegio.
Recibió las condecoraciones de la Gran Cruz del Chaco y la Cruz del Defensor.
Colaboro con revistas estudiantiles y periódicos de la Capital y Concepción.
Casado con una guaireña Viola Paganetti, tuvo varios hijos que nacieron en Concepción y sus principales obras las escribió en nuestra ciudad, por lo que es considerado un hijo dilecto de Concepción.
Doctor en Medicina y Cirugía, se desempeñó con gran espíritu caritativo y cristiano en Concepción por más de 20 años. Se desempeño como medico cirujano en el Hospital Regional de Concepción y en el IPS, donde fue Director por 10 años.
Así mismo desempeño cargos dentro de la sociedad concepcionera como ser: Pdte. del Club Cerro Corá y de la Liga Concepcionera de Fútbol.
En el campo de la educación fue catedrático en Colegios secundarios, como también en la Universidad Católica de Concepción.
A más de ser un buen pintor de brocha gorda, fue un gran investigador de las artes y en Concepción escribió sus famosas novelas “El pecho y la espalda”, “La hostia y los jinetes”.
incorpora en su obra las experiencias que su carrera le ha brindado de la dolorosa realidad paraguaya.
En su novela El pecho y la espalda (1962) descubre las angustias y el desamparo social de la gente del campo, preocupación que también permea las páginas de La hostia y los jinetes (1969), su segunda novela. Del resto de su producción narrativa hay que destacar La tierra ardía (1974), novela sobre la Guerra del Chaco (1932-1935).
Se destacó su obra teatral cumbre “El médico rural” que la escribió con la colaboración del dramaturgo paraguayo Mario Halley Mora, la que se estreno en Concepción con el elenco teatral de Ernesto Báez e igualmente en Asunción con singular suceso.

MBOPI PUKU

Se desconoce su nombre y apellido pero seria Benítez el apellido.
Fue un personaje de leyendas, un cleptómano fino, de carácter mas bien de “ratero”.
Una anécdota que se recuerda es la siguiente:
En la tienda de la esquina de Mcal Estigarribia y Buenos Aires, su dueño el conocido y respetable don Abraham Maluf, acostumbraba a no cerrar su negocio durante la siesta.
Contra el marco de la única puerta que daba con el interior de la casa, solía recostar su silla y el quedaba dormitando e inclusive durmiendo generalmente con ronquidos, lo que llamaba la atención de todos los que pasaban por la vereda.
Una siesta, estando así dormido, entra Mbopí puku sigilosamente y toma al hombro una pieza de tela asargada del mostrador y bajándola bruscamente sobre el mostrador, con un sonoro “paan”, lo despierta a don Abrahin y este medio sorprendido y un tanto adormilado, le pregunta que quiere, y este le dice: “Patrón don Abrahin, no quiere comprar tela asargada?.
Nervioso, le dice don Abrahin: “no molesta eso esto hora, yo no quiere nada de tela ahora comprar, tenir mucho aquí en mostrador y en estante y vaya aquí”.
Bueno don Abrahin, gracias, le dice Mbopí puku, este alza sobre su hombro la pieza y se va! Por supuesto que esto es una anécdota simpática e ingeniosa que no sobrepasa los limites de la ratería y causo comentarios jocosos en la sociedad.
Ahora bien, lo insólito es el siguiente comentario que lo hizo famoso a este personaje llamado Mbopí puku y que hasta hoy deben recordar los de antes. Se cuenta que una vez robo del domicilio de una familia una maquina de coser Singer y que… colocándolo sobre la espalda, lo llevó a Chaco-í a cruzando el río Paraguay nadando. Cierto o no, difícil de creer, quedo en el ambiente como caso veraz.

lunes, 27 de octubre de 2008

Don Mauricio Cabral

Ilustre ciudadano caazapeño, que vivió casi toda su vida en Concepción. Nació en Caazapá el 22 de Septiembre de 1889. Concluye sus estudios primarios en su ciudad natal.
Luego se traslada a la capital del país, para proseguir sus estudios superiores, pero vino la revolución de 1904 y los ajetreos políticos de entonces, motivaron para que buscara nuevos horizontes, radicándose definitivamente en el departamento de Concepción, ese mismo año.
En principio se radica en la localidad de Paso Mbutú y contrae nupcias con Beata Jiménez de la cual nacieron dignos y destacados ciudadanos concepcioneros como: Guillermo Abelardo, Tomas, Patricio, Pulciano, Arístides, Rosa Isabel, Miguela, Alejandro, Maximiliano y Juan Andrés. Algunos ya fallecidos y otros todavia cumpliendo importantes funciones en la sociedad concepcena. Citamos a algunos por ejemplo como Guillermo A. Cabral que fue Intendente Municipal, concejal y político destacado del Partido colorado; Pulciano Cabral, también conocido comerciante, político y concejal municipal y departamental. También Juan Andrés se desempeñó como Concejal municipal.
Actualmente aun viven algunos de sus hijos y los tantos nietos profesionales que se han formado en la mayoría ya en otros lugares del país, uno de ellos es el autor de este sitio.
Se radicó definitivamente en la ciudad de Concepción donde se dedicó a curar enfermos mediante la medicina natural. En ese tiempo se lo llamaba médico “Sen” por lo que sus remedios caseros producidos por el, provocaban generalmente diarreas. Decía que curaba las enfermedades “limpiando” los intestinos. Sus "pacientes" venian desde todos los rincones del departamento ya que su fama se distribuyó.
Fue ejemplo de sus descendientes que lo recuerdan aun despues de tantos años de fallecido.
Era tan fanático de la medicina natural, que falleció aproximadamente a los 82 años, negándose a ser tratado por los médicos científicos.

Colegio Salesianos Instituto “San José”

En 1900 se funda el colegio de los Salesianos en la ciudad de Concepción.
Meritoria institución donde varias generaciones de hijos concepcioneros fueron formados y, honraron a la patria con su capacidad cultural, porque fueron formados en un ambiente de disciplina, corrección y alta cultura.
El móvil y la esperanza de su fundación, existía ya en la mente y en el corazón de los concepcenos, desde que Monseñor Luís Lasagna prometió en 1892, destacar a misioneros para trabajar en la zona norte. Dicha promesa se cumplió cuando fue enviado al Padre Ambrosio Turriccia, a fines del 1895, para estudiar la posibilidad de arbitrar los fondos necesarios mediante la creación de una Comisión especial de caballeros, que fue constituida inmediatamente, presidida por el Sr. Basilio Quevedo, entonces presidente de la comuna y una comisión de Damas, encabezada por doña Benita Ayala de Miltos, quien en el acto, dono en compañía de su esposo Don Luís R. Miltos, el terreno de 1000 mts2 para la construcción del local.
Después de una intensa labor fue construida un Edificio de 21 x 7 mts.
El 8 de Diciembre de 1899, el padre Domingo Queirolo, enviado por la Congregación Salesiana, se trasladaba a la Obra en construcción, para organizar y proseguir los trabajos, y el 25 de Diciembre, realizaba su primera misa en dicha Capilla.
Para acelerar la construcción el Sr. Julián Quevedo, con noble gesto, dono la suma de 16.000 pesos, actitud digna de recordarse.
Su fundación quedo definitivamente sentada por Decreto del 4 de marzo de 1900, del Reverendo Padre José Gamba, Inspector de las casas Salesianas en Paraguay y Uruguay.
El fundador el Presbítero Domingo Queirolo, también fué el primer Director, que en ese año es inaugurado con el primer año escolar, hasta el tercer grado inclusive, secundado por otros padres.
El plan de estudios y programas, han estado siempre de acuerdo con la exigencia formadora de la moral, física e intelectual, basada en la norma del venerable pedagogo San Juan Bosco, adquiriendo brillante resultado educando e instruyendo al mismo tiempo.
Han pasado numerosísimos nombres desde su fundación, como directores los tan queridos padres Salesianos, solo por citar a algunos como Padre Pedro Queirolo, Domingo Serrato, Emilio Sosa Gaona, Ernesto Pérez Acosta, Juan B. Queiroz, Marcelino Medina, Salvador Viedma, Esteban Saldivar y otros tantos; como así también formando parte un cuerpo sobresaliente de Profesores que siempre han quedado ligados a nuestros afectos y simpatías, por el noble empeño de sus prédicas que enseñan el amor a Dios y a la Patria, genuinos moduladores del espíritu de la juventud estudiosa concepcionera.
Así también es digno de destacar la gran cantidad de ciudadanos ilustres que egresaron en distintas épocas del Colegio Salesianos, y que posteriormente fueron sino personajes de la ciudad, repartidos en otras partes del país y porque no, del mundo.
Asimismo es de citar la importancia en las épocas de guerra y revoluciones, ya que el Edificio sirvió de recinto para hospedar a sinnúmeros de heridos venidos desde el frente de batalla sirviendo como hospital en un momento dado, como también de cuartel de soldados improvisados para la guerra.
El Colegio mantiene su perfil cristiano y educadora para la sociedad concepcena, y posee un modelo edilicio unico hasta hoy día.

domingo, 19 de octubre de 2008

Antigua foto de una calle de Concepción.


Vito Piraî

Era un personaje de orillas del Rio Paraguay, eterno pescador, pero con unas caracteristicas particulares.
Era de apellido Melgarejo, de muy distinguida familia, pero con una enfermedad que en medicina se la llama “Mal de San Vito” que se caracterizaba por sacudidas de convulsiones violentas intermitentes, y que aumentaba en intensidad especialmente cuando picaba algun pescado, imaginense la forma que lo traia asi con esos movimiento anormales hasta la costa. En ese momento era la atracción de los que les rodeaba, con esa simpatica forma de pescar.
Pero mas le gustaba sacar pirañas, de ahí el agregado de “piraî” al de Vito.
Cuando falleció, sus familiares le dieron cristiana sepultura, pasando asi otro personaje que recuerdan algunos pobladores de nuestra querida Concepción del Paraguay.

Extravagancias de Don Rufino Pampliega

Era un hombre acaudalado, nacido en Concepción y enviado a Londres para estudiar en un colegio aristocrático. Regreso a Concepción donde heredo la cuantiosa fortuna de su padre especialmente una grandiosa estancia que de a poco fue liquidando quedando finalmente en una total indigencia. Era de una personalidad rara y extravagante.
Se contaba que cuando salía de rodeo la ataba y encerraba en una pieza a su señora esposa; no sabiéndose el motivo de tal actitud, sospechándose mas bien por una excentricidad demencial que caracterizó a toda su vida.
En una ocasión, en que tenia atada y llaveada a su señora, un fiel personal de la estancia, la liberó y esta con su hijo bebe en brazos emprendió la fuga hacia el Puerto, coincidiendo con una llegada de uno de los barcos, y de esta forma llegó a Asunción, no volviendo nunca mas.
En su juventud, el y su hermana Rosenda Otaño, ofrecían en su mansión distinguidas tertulias a la alta sociedad concepcionera. Todas las mañanas y por la tardecita asomaba a su balcón y era clásico que a los viandantes les llamara entablando largas e interesantes conversaciones, sobre todo cuando se trataba de estudiantes. Una de su clásica expresión que quedo grabada en nuestra memoria era cuando en ocasión de una huelga desatada por estudiantes en el Colegio Nacional, con violentos encuentros con la Policía, dijo a un grupo que pasaba por ahí: “ díganme muchachos, vengan vamos a hablar y cuéntenme ¿Quién desató el desconche?.
Don Rufino había vendido su estancia y paso encerrado el resto de sus días en su mansión de la Calle Mcal. Estigarribia y Montevideo, consumiendo su fortuna de a poco, hasta terminarse, llegando finalmente a comer de un plato que un vecino le pasaba diariamente, no aceptando con un orgullo increíble, ningún otro convite, sea de quien fuere.
Otro aspecto es el hecho de que muchas personas venían a visitarle desde la capital, pero todo era por interés en adquirir, tal como lo hicieron varios acaudalados, las obras de arte y muebles de estilos que poseía. Hasta tenia una colección de estampillas.
Al final de su vida, ya en plena pobreza, no pudiendo pagar sus numerosas cuentas, de impuestos, alumbrado, energía eléctrica. La mansión queda finalmente a la Municipalidad que probablemente ha negociado con sus hijos.
Las autoridades lo enviaron compulsivamente a un Asilo de Ancianos de la Capital, donde falleció.

lunes, 13 de octubre de 2008

Foto antigua.


GUALBERTO CARDÚS HUERTA

Oriundo de Concepción. Nació en 1878. 
Cursó estudios en su ciudad natal y fue alumno del Colegio Nacional de la Asunción, en cuyas aulas obtuvo el grado de bachiller, en 1896. Cuatro años después ganó el título de doctor en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de esta ciudad. En dicha institución dictó cursos de derecho romano. Los interrumpió para ausentarse con destino a Europa, en donde permaneció varios años. 

Cardús Huerta se consagró como orador político, en el acto del Instituto Paraguayo, celebrado el 15 de mayo de 1.901, pronunciando una oración cívica sobre la independencia nacional y los próceres de mayo, situándose entonces la nómina de jóvenes más culto de su generación. Poco después dictó la cátedra de Derecho Civil en la Universidad Nacional de Asunción. 

Su obra "Arado, Pluma y Espada", constituye un importante estudio de la realidad sociológica paraguaya. Justo P. Benítez sostiene que "un positivismo implícito" impregna este libro que "presentado como ensayo de fondo histórico, aspira a constituirse en un programa superador de las vicisitudes y penurias que su autor encuentra en la formación de la nacionalidad". 

Después de la revolución de 1904, de la que fue protagonista, desempeñó el Ministerio de Relaciones Exteriores en el gabinete del presidente Juan Bautista Gaona, y el Ministerio de Hacienda, en el gobierno de Emiliano González Navero, en 1908. Regresó a Europa en 1919. Permaneció en España hasta 1920. Posteriormente ocupó una banca en el Senado, donde, en 1922, dio por terminada su carrera política, pronunciando un discurso famoso. 

En sus años juveniles, Cardús Huerta escribió versos en guaraní. En 1905 redactó El Diario y en 1923 fundó y dirigió El Orden, vespertino asunceno. Durante su estada en España publicó, en Barcelona, en 1911, su libro, Arado, pluma y espada, ensayo de sociología paraguaya. 

En 1922 editó pro-Patria. En ambos libros aparece su prosa densa pero deshilachada, llena de conceptos pero sin aliños literarios. Cardús Huerta, más que escritor, debe ser considerado como orador parlamentario. Verbo elocuente, resonante y duro, su palabra es más vehemente en la admonición. No obstante, sabe también modular la voz del sentimiento delicado. Retirado de la vida política activa, fué mecenas de escritores y de artistas.

El Doctor Carduz Huerta murió soltero y dejó descendencia (quiza por este medio  podríamos recibir las informaciones de sus descendientes vivos actualmente a quienes solicitamos). No se da a conocer la fecha exacta de su fallecimiento. Su despedida sobre la tumba de Federico Bogarín, entrecortada por sollozos, produjo consternación. 

AMOR

Ama me dice la avecilla tierna,
al entonar en la mañana hermosa
su trino celestial;

ama ere dice la ligera brisa,
que suave se desliza murmurando
mis labios al besar;

ama me dice la natura toda,
envuelta en seda de color de oro
por los rayos del sol;

solo mi corazón, vaso de duelo,
destrozado por miles desengaños,
no puede más amar.

Victor Abente y Haedo
Poeta Concepcionero

miércoles, 8 de octubre de 2008

Acuarela de Guido Boggiani.


ALEJANDRO LAVAND

De entre los varios hijos dilectos concepcioneros, destacamos a este que lleva el mismo nombre del padre.
Desde joven se dedicó a las artes plásticas y pictóricas y viajó a la Capital donde durante muchos años ejerció la docencia y cargo artístico en el Ministerio de Educación y Cultura.
Tiene muchas obras realizadas en especial en la capital del país, como en la ciudad de Concepción, destacándose entre sus obras hoy dia el mural en relieve sobre "La fundación de Concepción" del Parque Infantil y la imagen de Maria Auxiliadora de 14 mts. de altura instalada en la Avenida Agustín Fernando de Pinedo (foto).

RAMON TAVY

Hermano de don Bartolo, descrito en otra sección, ha marcado también época en Concepción como personaje pintoresco.
Ya sexagenario, recorría las calles y conversaba con términos incoherentes con los viandantes que encontraba a su paso.
Iba diariamente al Río Paraguay con unas latas vacías, a veces con miel de caña y su salida genial era siempre la de: “eremita cheve, mbovy vosá azucá pe ikatú ñ amo he´e ko rio paraguay?” o sea traducido al español “decime un poco, con cuantos kilos de azúcar endulzaremos este Río Paraguay?”
Es muy posible que esa haya sido su obsesión de siempre y de ahí que no podía desprenderse de sus latas de miel y de sus raras ideas sobre el río.
No se conoce como fue su desenlace.

sábado, 4 de octubre de 2008

CARLOS GROSSO SOSA

Es oriundo de Concepción del Paraguay. Nació en 1886.
Cursó estudios en el Colegio Salesiano de Concepción, bajo la dirección del padre Domingo Queirolo. Continuó sus estudios en la Escuela Normal de Profesores de la Asunción obtuvo título de maestro normal. Ejerció la docencia durante mas de dos decadas.
Fue vice-director de la Escuela Normal de Barrero Grande.
Se dedicó a las letras publicando “Hojarascas”, prosa y verso; “Biografía del coronel Zoilo González”; “Corona Fúnebre”, con motivo del fallecimiento del doctor Manuel Franco; “Mimbipá”, novela histórico-legendaria, basada en temas guaraníes. Lleva un prólogo de Fortunato Toranzos Bardel.
También ha dado a publicidad” El Crimen de los cinco apocalípticos”, novela histórica de la guerra del Chaco; “Añaretá rembyré”, crónicas de un viaje al Chaco Boreal, hasta Villamontes, Bolivia, publicada en la prensa de Concepción. Entre los trabajos inéditos de Grosso Sosa figuran “Sombras, laureles y lágrimas”, prosa y verso, referentes a la guerra paraguayo-boliviana de 1932-1935; “Ñanandy”, prosa y verso también; “Urutaú”, poema legendario-musical; “Mimby e ysoindy”, casamiento guaraní, y “Folklore del terruño”, leyendas y supersticiones guaraníes.
Murió en su ciudad natal el 7 de Abril de 1973 a los 87 años.

CONCEPCION “EL DORADO DEL SIGLO XIX”

A partir de 1880, Concepción comenzó a ser llamada la “Opulenta”, en todo el ámbito nacional y aun en los países vecinos, y su nombre sonaba con buen timbre en los puertos comerciales de la vieja Europa.


En esta época comenzaba el asombroso renacimiento de Concepción. En todos los ordenes de la vida, era la sin rival en el ámbito paraguayo.
Tres fueron los factores económicos que hicieron posible aquel florecimiento: la explotación yerbatera, la ganadería y el comercio, que abastecían a mas del norte paraguayo, toda la región de Matto Grosso, todo el Alto Chaco y algunas zonas bolivianas.
La eximia escritora paraguaya, Concepción Leyes de Chávez describe en su libro “Patria mía” un viaje a Concepción: “La primera vez que fui a Concepción viaje en una Motonave del mismo nombre. Quería ver la progresista ciudad de la abundancia, del bienestar y de la satisfacción; recordaba que alguien lo llamaba “EL DORADO DEL SIGLO XIX”, porque hacia ella se dirigían en una época los buscadores de fortuna. Hombres llenos de bríos paseaban por la patria sus nombres victoriosos. De todos los ámbitos afluían a ella nuestros compatriotas, atraídos por la ciudad que cumplía un destino que no alcanzaba ningún otro pueblo del interior.

En Concepción, la voluntad y el trabajo realizaban de un golpe que en todas partes hacían a la larga. Con el aumento de la población, la ciudad progresaba y alrededor de ella nacían y se vigorizaban otros pueblos como Punta Porá, hoy llamado Pedro Juan Caballero, Capitán Bado, Horqueta y Paso Mbutú.
La Opulencia de Concepción, se perciben todavía en las calles, con amplios edificios que sirven hoy día de oficinas públicas, han sido construidas para los potentados. Las plazas, los jardines, los bancos, las casas de comercio, la iluminación, el trafico, revelan que la economía concepcionera si bien no tiene el esplendor sigue descansando sobre sus industrias principales, la yerba, la madera y la ganadería”.
En aquella época, todos los personajes de cierta relevancia que4 llegaban al país visitaban “La Villa Real de la Concepción”, elocuente muestra del progreso del Paraguay. Así por ejemplo en 1887, llegó a esta ciudad Domingo Faustino Sarmiento, es Presidente de la Argentina.
Debe recordarse que de los 31.000 habitantes que Concepción tenia antes de la Guerra de la Triple Alianza, en 1886, a 16 años de terminada la contienda, la “Opulenta” quedó reducida con apenas 7200 habitantes.
Después de la Capital, Asunción, el que mas aporte extranjero recibió fue la “Villa Real”. El grupo mas numeroso llegado a Concepción, fue el de los Italianos, le siguen los españoles, argentinos, brasileños, uruguayos y también franceses, ingleses, alemanes, eslavos, croatas, portugueses, griegos y hasta árabes.
Se Constituyó de esa forma después de la capital, en la ciudad mas poligénica del Paraguay.
De 1880 a 1900 habían venido a radicarse en la zona alrededor de 7.000 extranjeros, en su mayoría europeos.
Por la época progresista, por la gran cantidad de visitantes extranjeros y por la riqueza que generaba todo esto se lo llamó y con gran justicia “El Dorado del Siglo XIX”.

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