Se desconoce su nombre y apellido pero seria Benítez el apellido.
Fue un personaje de leyendas, un cleptómano fino, de carácter mas bien de “ratero”.
Una anécdota que se recuerda es la siguiente:
En la tienda de la esquina de Mcal Estigarribia y Buenos Aires, su dueño el conocido y respetable don Abraham Maluf, acostumbraba a no cerrar su negocio durante la siesta.
Contra el marco de la única puerta que daba con el interior de la casa, solía recostar su silla y el quedaba dormitando e inclusive durmiendo generalmente con ronquidos, lo que llamaba la atención de todos los que pasaban por la vereda.
Una siesta, estando así dormido, entra Mbopí puku sigilosamente y toma al hombro una pieza de tela asargada del mostrador y bajándola bruscamente sobre el mostrador, con un sonoro “paan”, lo despierta a don Abrahin y este medio sorprendido y un tanto adormilado, le pregunta que quiere, y este le dice: “Patrón don Abrahin, no quiere comprar tela asargada?.
Nervioso, le dice don Abrahin: “no molesta eso esto hora, yo no quiere nada de tela ahora comprar, tenir mucho aquí en mostrador y en estante y vaya aquí”.
Bueno don Abrahin, gracias, le dice Mbopí puku, este alza sobre su hombro la pieza y se va! Por supuesto que esto es una anécdota simpática e ingeniosa que no sobrepasa los limites de la ratería y causo comentarios jocosos en la sociedad.
Ahora bien, lo insólito es el siguiente comentario que lo hizo famoso a este personaje llamado Mbopí puku y que hasta hoy deben recordar los de antes. Se cuenta que una vez robo del domicilio de una familia una maquina de coser Singer y que… colocándolo sobre la espalda, lo llevó a Chaco-í a cruzando el río Paraguay nadando. Cierto o no, difícil de creer, quedo en el ambiente como caso veraz.
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