Hermano de don Bartolo, descrito en otra sección, ha marcado también época en Concepción como personaje pintoresco.
Ya sexagenario, recorría las calles y conversaba con términos incoherentes con los viandantes que encontraba a su paso.
Iba diariamente al Río Paraguay con unas latas vacías, a veces con miel de caña y su salida genial era siempre la de: “eremita cheve, mbovy vosá azucá pe ikatú ñ amo he´e ko rio paraguay?” o sea traducido al español “decime un poco, con cuantos kilos de azúcar endulzaremos este Río Paraguay?”
Es muy posible que esa haya sido su obsesión de siempre y de ahí que no podía desprenderse de sus latas de miel y de sus raras ideas sobre el río.
No se conoce como fue su desenlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario