La necesidad y la incertidumbre acerca del futuro cuando no se cuentan con muchos recursos económicos, fueron los que hicieron que Secundina deje a su hija Digna ir con otra familia, explicó en guaraní. Ambas, entre lágrimas demostraban la emotividad del encuentro, y agradecían a IP Paraguay y a otros medios por hacerlo posible.
“Yo no sabía si estaba muerta, si estaba bien (…) Igualmente todos los días oraba por ella”, cuenta Secundina. Relató con mucho detalle, a pesar de sus 84 años el último día que tuvo a Digna con ella: “Recuerdo que se sentó en el suelo para jugar y mientras dibujaba con su mano en la tierra, le pregunté si quería ir con otras personas”, dijo.
Digna desde ese momento nunca más vio a su madre, hasta que nuestro medio publicó su historia, y de esa manera se difundió en otros medios que llegaron a la lejana ciudad de Horqueta, de donde es oriunda y donde todavía está la mayoría de sus parientes.
Luego, mediante las redes sociales, sus familiares se pusieron en contacto con ella, y de esa manera contactó con su madre después de décadas a través de una videollamada. “Primero lloramos horas frente a la pantalla sin decir una palabra”, relató Digna.
Esta semana, llegó desde Brasil para ver a su madre cara a cara. Secundina contó que al momento que la vio, rápidamente se conocieron.
En la década de los 70, siendo muy pequeña, su hermana mayor la llevó a Asunción en la casa de una señora de nombre Basilia para ser adoptada. Esta señora, a su vez, dejó que vaya al Brasil con una tal Isabel, que la recibió como su hija.
Todas estas personas nunca le hablaron sobre sus familiares, y ella era muy pequeña para recordar muchos detalles. Digna siguió con su vida, tuvo hijos, se casó, pero durante todo ese tiempo buscó a su madre.
“Agradezco mucho su interés en mi historia, porque gracias a eso realicé mi sueño de encontrar a mi familia y conocer a todos, y estoy aún más feliz de saber que mi madre sigue viva y con 84 años. Estoy muy agradecida pues a través de su publicación encontré a todos mis familiares”, expresó.
Fuente: IP Paraguay.
“Yo no sabía si estaba muerta, si estaba bien (…) Igualmente todos los días oraba por ella”, cuenta Secundina. Relató con mucho detalle, a pesar de sus 84 años el último día que tuvo a Digna con ella: “Recuerdo que se sentó en el suelo para jugar y mientras dibujaba con su mano en la tierra, le pregunté si quería ir con otras personas”, dijo.
Digna desde ese momento nunca más vio a su madre, hasta que nuestro medio publicó su historia, y de esa manera se difundió en otros medios que llegaron a la lejana ciudad de Horqueta, de donde es oriunda y donde todavía está la mayoría de sus parientes.
Luego, mediante las redes sociales, sus familiares se pusieron en contacto con ella, y de esa manera contactó con su madre después de décadas a través de una videollamada. “Primero lloramos horas frente a la pantalla sin decir una palabra”, relató Digna.
Esta semana, llegó desde Brasil para ver a su madre cara a cara. Secundina contó que al momento que la vio, rápidamente se conocieron.
En la década de los 70, siendo muy pequeña, su hermana mayor la llevó a Asunción en la casa de una señora de nombre Basilia para ser adoptada. Esta señora, a su vez, dejó que vaya al Brasil con una tal Isabel, que la recibió como su hija.
Todas estas personas nunca le hablaron sobre sus familiares, y ella era muy pequeña para recordar muchos detalles. Digna siguió con su vida, tuvo hijos, se casó, pero durante todo ese tiempo buscó a su madre.
“Agradezco mucho su interés en mi historia, porque gracias a eso realicé mi sueño de encontrar a mi familia y conocer a todos, y estoy aún más feliz de saber que mi madre sigue viva y con 84 años. Estoy muy agradecida pues a través de su publicación encontré a todos mis familiares”, expresó.
Fuente: IP Paraguay.
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