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lunes, 24 de marzo de 2025

Mi niñez en Concepción

Encontramos este escrito en redes y nos atrevimos a publicarlas, solicitando de antemano nos disculpe y pueda facilitar el nombre del autor de este escrito, a fin de hacer conocer.

Yo crecí en Concepción ...En la época de levantarse y salir al colegio. Nadie nos llevaba a la escuela, íbamos caminando aunque , lloviera, hiciera calor o helara. 

Éramos humildes, no había subsidio familiar, no había Google, ni Wikipedia, había enciclopedias, la investigación del estudio se hacía en la escuela, biblioteca o en diarios viejos.

Los mapas se calcaban a mano o contra el vidrio y te ponían nota por ello. Habían dictados, márgenes en los cuadernos para corregir las faltas y hacíamos tareas.

SOY DEL TIEMPO QUE: El almuerzo era simple. La frase: "terminé mamá" era para salir a la calle y no de la computadora.

Los niños tenían juguetes y no tenían teléfono celular ni Tablet. El niño coleccionaba figuritas o papel de carta. Golpeaba figuritas y no a sus compañeros o profesores. Jugábamos a la policía y al ladrón cuando no había luz, a las bolitas, escondidas, payana, voleibol, trepar a los árboles. Juguetes!!??? Una muñeca o una pelota.

Bicicleta?? Pocos la tenían.

Y él que la tenía la compartía con la barra, una vuelta cada uno.

Vi el Zorro, La mujer Maravilla, Los Picapiedra, Popeye y Olivia, Batman, Tarzán, Tom y Jerry, y un poco después el Chavo del 8, etc. 

La única adicción era jugar en cualquier momento con amigos y la única bebida era agua (de la manguera era más rica), o un jugo con suerte, gaseosas tal vez en algún cumple y no bebidas energéticas(no había jaja)...Que te corra un perro !! Era (adrenalina al 100%)... trepar árboles frutales. .juntar naranjas , mandarinas, guayabas . 
Tenía tarea que hacer y educación física. No importaba si mi amigo era negro, blanco, marrón, pobre o rico. No hubo intimidación, ¡todos tenían un apodo! .¡o, varios apodos!

Un niño o una niña jugaban juntos y lo bueno que era... en esa época si que había inclusión! Todos éramos iguales.


Viví ésa época, pobre en bienes materiales, ¡pero rico. De alma y corazón

Soy de la generación de hierro la última!!


lunes, 30 de enero de 2023

De cuando llegó el Ferrocarril en Concepción

En las postrimerías del Siglo XIX llega a Concepción un gran contingentes de extranjeros que contribuyeron a su progreso. Ayudando a los nativos, lograron conquistar el título de ciudad para la bella Concepción.En 1896 ya era la indiscutida segunda capital del Paraguay.

Tren que unia Concepción - Horqueta

Sus riquezas yerbateras, sus estancias, sus obrajes, sus plantas industriales y sus ingenios azucareros, la convirtieron a principios del Siglo XX en el principal puntal de la grandeza económica del país.

Surge entonces la incorporación de un Ferrocarril en 1908, traído por la firma “Guggiari, Gaona y CIA”, que llega hasta Horqueta y Arroyo Kârè (hoy Cptan. Sosa), a casi 60 km. De Concepción, interrumpiéndose ahí su avance por muchas razones, sobre todo po0r influencia del Imperialismo Británico del Río de la Plata que no veía con buenos ojo esa expansión ferroviaria que pretendía llegar a Ponta Porâ y de ahí a San Pablo.

Esto ocurría hacia 1915 cuando los grandes saladeros y empresas tanineras del norte empezaban a declinar, trayendo los primeros síntomas de la decadencia.

¿Sabías que la Estación de Ferrocarril de Concepción estaba en la CIASA?

Estación de Ferrocarril en Concepción

El lugar donde posteriormente estaría instalada la Compañía Industrializadora de Alimentos S.A., hasta hoy conocida por sus siglas CIASA, era el lugar donde salían y llegaban los trenes del Ferrocarril del Norte. Sus oficinas funcionaban en el actual local de la Escuela Dr. José de Antequera y Castro, que aún conserva sus juegos de hierro en las crestas y la puerta trabajada.

El 25 de Agosto de 1909, una ley otorgó a la firma Guggiari, Gaona & Cía, la autorización para construir una línea de ferrocarril que uniera a Concepción y Horqueta. Las vías llegaban a 65 kilómetros de Concepción, hasta Capitán Sosa. En 1936, la empresa ferroviaria pasó a manos del Estado, que constituyó el Ferrocarril Nacional del Norte, con la intensión de llevar adelante la extensión hasta Pedro Juan Caballero, pero el proyecto fue desestimado poco después. Hacia 1960, la situación de la empresa ya era insostenible, tanto que tuvo que dejar de funcionar. Sus bienes fueron rapiñados por algunos personajes.

Colonia Tevegó se creó para proteger la Villa Real de la Concepción

Este 27 de enero se recuerda 210 años de la fundación de la colonia Tevegó, un establecimiento que fue ordenado por la Junta Superior Gubernativa el 27 de enero de 1813 y llevado a cabo con familias pardas que componían la parcialidad de Tabapy. Estaba situada al norte de la ciudad de Concepción, sobre la margen izquierda (u oriental) del río Paraguay y al sur del río Apa.


Uno de los emprendimientos más importantes para sostener la defensa del norte fue la fundación del citado pueblo o colonia “Tevegó”, su establecimiento fue ordenado por la Junta Superior Gubernativa el 27 de enero de 1813 y llevado a cabo con las familias pardas que componían la numerosa parcialidad de “Tabapy”.

La fundación de una colonia más al norte de la “Villa Concepción” había sido aconsejada por el Cabildo luego de la ocupación y reconquista del “Fuerte Borbón”.

Como los pardos de la estancia “Tabapy” habían solicitado un año antes salir a fundamentarse en el pueblo de “Añagatí” correspondiente al pueblo de indios de “Itá”, o en otro que se les proporcione, el Cabildo de Asunción y la Junta Superior Gubernativa decidieron enviarlos a establecer una colonia hacia la frontera norte.

Se eligió para el establecimiento el paraje de Tevegó ubicado entre la Villa Concepción y el río Apá sobre la costa del río Paraguay, a 120 leguas de Asunción, en el antiguo emplazamiento de la reducción de guaraná-terenoés llamado “Nuestra Señora de Revelación de Tevegó”.

La función primordial de Tevegó fue el resguardo de la Villa Concepción y la pacificación de la frontera asolada en ese momento con bastante recrudecimiento por los mbayas y angaité-sanapanás que tenían establecido el puerto Michi en la margen izquierda del río Paraguay.

La colonia se inició con 40 colonos quienes edificaron las casas-habitaciones para las familias que fueron enviadas, posteriormente, los primeros pobladores se mantuvieron con los productos de las chacras dejadas por los indios guanás y el ganado vacuno y caballar de los mbayaes-chanés belenistas.

A pesar de que los documentos informan que los individuos de Tabapy, se resignaron gustosos y voluntarios al traslado marchando con buena voluntad, una vez establecida la colonia hubo numerosas deserciones y gran descontento entre la población. Esta resistencia a permanecer en la colonia se debió a las condiciones imperantes en la misma: La inseguridad extrema motivada por los ataques indígenas, el aislamiento de la aldea y la escasez de víveres, ropa y armas para una defensa apropiada.

Ante las noticias desastrosas provenientes de Tevegó, los pardos de tabaco mostraron su resistencia al traslado a la nueva colonia. Posiblemente debido a esta renuencia el doctor Francia ya dictador, principio el envío de criminales como pobladores, a quienes se le conmutaba la pena de muerte, prisión o azotes por el confinamiento temporal o perpetuo en la colonia que se convirtió de esta forma en el receptáculo de la escoria de la población del país.

En 1816, cuando aminoró un tanto la hostilidad de los indios, el dictador ordenó el envío a Tevegó de las familias restantes de Tabapy.

Inicialmente la población de Tevegó contó con 204 pardos y 55 milicianos, pero a los 3 años se reveló la tropa, sustituyéndola por 18 urbanos procedentes de la Villa Concepción. Los pardos de la colonia bajo el mando de estos urbanos fueron divididos en grupos o partidas que servían en los piquetes durante un mes, periodo que fue extendido posteriormente ante la necesidad de prevenir los asaltos sorpresivos de los indios.

La zona de Tevegó era inhóspita, cenagosa y escasamente poblada. Sus habitantes vegetaban en la desidia, esperanzados en la ración de carne que el Gobierno les proveyó hasta 1816. En esa fecha en vista de su holgazanería se les redujo dicha ración a dos reses destinadas a los párvulos y enfermos. En su antigua comunidad de Tabapy, estos pardos no recibían ración alguna porque trabajaban para la comunidad del Convento de los Dominicos, en pago del terreno en que vivían, pero una vez trasladados a Tevegó se volvieron indolentes, confiados en la manutención estatal. Además, los robos de ganado perpetrados por los mbayaes contribuyeron al gran decaimiento de la colonia y mermaron la moral de sus habitantes.

En 1817 la situación general empeoró nuevamente y el doctor Francia ordenó el retiro de los peones yerbateros de la zona norteña y el envío de indios o pardos libres de Tevegó en lugar de criollos para trabajar en los yerbales. Esta circunstancia acrecentó el debilitamiento de la colonia.

Tevegó fue destruida finalmente por los mbayas y despoblada en 1823, pues a la amenaza indígena se sumaron la incapacidad de las autoridades y la ineficacia de la tropa para defender a la población, asaltada cautivada y asesinada continuamente.

Desmantelada la colonia y quemadas las rancherías, las familias pardas bajaron a establecerse en la Villa Concepción. Fueron distribuidas por orden del doctor Francia en los partidos y en la campaña de la Villa (la gran mayoría en el paraje conocido como Zapallar –hoy Requejo– distrito de Belén), ya sea en viviendas separadas, si tenían capacidad económica para construirlas o agregadas a las casas de los vecinos de la Villa si eran insolventes.

Hubo entre la Villa Concepción y la colonia Tevegó una interacción de apoyo y defensa. La villa aportó innumerables auxilios a la colonia y esta a su vez, sirvió de barrera defensiva hasta que su permanencia se hizo insostenible.

La Villa Concepción siguió decayendo y la necesidad de repoblar la zona norte obligó al Gobierno consular de Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso a ordenar la repoblación de la colonia de pardos de Tevegó, que se llevó a cabo en 1842 con el nombre de Villa del Divino Salvador.

Esta vez se la ubicó a 100 leguas de Asunción y 20 de la Villa Concepción, siempre sobre la margen oriental del río Paraguay.

La refundación estuvo a cargo de una expedición de 103 pardos e indios acompañados de números de tropa. Al poco tiempo la colonia recibió un nuevo flujo de pardos de Tabapy e indios provenientes de los pueblos sujetos al régimen de las comunidades. En esta ocasión fueron enviados 3 tipos de colonos: Familias pardas relativamente bien constituidas; soldados encargados de la defensa y personas de dudosa condición moral tales como ladrones, asesinos y mujeres de mala vida.

La Villa del Divino Salvador tuvo un crecimiento inicial relativamente elevado, pero decayó posteriormente a causa de la inseguridad habitual reinante en la frontera. De cualquier manera, pese a su declinación fue un bastión que se mantuvo firme en defensa del territorio nacional, secundando la labor de la Villa Concepción en cuanto a colonización y defensa se refiere.

Uno de los emprendimientos más importantes para sostener la defensa del norte fue la fundación del citado pueblo o colonia Tevegó, en el año 1813.

Fuente: UH

viernes, 11 de noviembre de 2022

DOÑA TRIFONA FRANCO DE ISNARDI y ANTONIO MARTIN ISNARDI PEDROZO

Doña Trifona Franco, casada con Antonio Martin Isnardi Pedrozo, inmigrante italiano con mentalidad empresarial, que llegó a Concepción en la decada de 1880.

Doña Trifona era una mujer de temperamento fuerte pero cordial, modesta y sencilla. Cabe destacar las beneficiencias dejadas, tales como: la donación de 300.000 pesos fuertes para la Sede de la Escuela Normal, construcción de un pabellón del Hospital Regional en la década de 1920 y otras tantas donaciones de esta benefactora de la sociedad paraguaya. Ayudó a su sobrino Manuel Franco a estudiar y escalar las anheladas cumbres de sus aspiraciones. 

El Ing. Hugo Roberto Delfín Sienra Isnardi, su nieto, recuerda alguna versió  anecdótica de su abuela. 

Se cuenta que era muy eficiente en e comportamiento, en el horario. Una anecdota que dos chicas sobrinas vienieron de Asunción y estaban esperando a sus candidatos que viajaban en el barco de la carrera. Doña Trifona les dijo que era  conveniente preparar algo para recibir a sus festejantes. La condición era que las dos chicas amasaran para la preparación del almuerzo. 

Comenzaron a trabajar y la señora estaba observando que no hacían nada, pues no entendian nada, entonces doña Trifona se hizo cargo y empezó a amasar, lo que en 40 minutos no hicieron las chicas, ella lo hizo en 5 minutos con una habilidad especial. Después llegaron los caballeros y les dijo la Señora: imagínese Señores, como saben cocinar las señoritas.

Versallesca mansión, la más pura en su estilo. Tenía balcones artísticos de hierro colocados con antepecho de cilindro de bronce, sin igual en todo el país. También lucía mármoles en las entradas y mayólicas en su zaguán.

La pareja Doña Trifona Franco y Antonio Isnardi eran dueños de la famosa y primitiva casa Isnardi, actual sede del Banco de la Nación Argentina, que se encuentra a una cuadra de la otra casa de la familia, más conocida como la “Mansión Isnardi” (actual sede de “Delirios”)









Otros caso interesante en un enfrentamiento entre el Regimiento "2 de Mayo" y "3 Corrales", en la ciudad de Concepción, en noviembre de 1937 - cuenta el Ing. Sienra- salimos a las 5 de la tarde frente a la casa (hoy ex-casa Isnardi) a 4 cuadras del puerto, vimos que la Cañonera estaba desde lejos vigilando. Luego entramos otra vez y sale preguntando doña Trifona, si teníamos hambre?, le contestamos: no, abuela! no tenemos hambre, e igual se tuvo que preparar la cena. 

Doña Trifona Franco de Isnardi, tiene pendiente en su haber un reconocimiento de la comunidad concepcionera.

El Señor Antonio Isnardi 


Era socio de “Isnardi, Alves y Cia”, una firma sucesora de la “Matte Larangeira” y la “Larangeira, Mendez y Cia”. Dicha firma ocupaba 25.000 hombres en los trabajos de elaboración y transporte de yerba, agricultura é invernadas de animales. 

Poseía además: la Fazenda “Santa Virginia” en el estado de Matto Grosso, con una extensión de 75.000 hectáreas, con 15.000 cabezas de ganados vacuno y 2000 de caballar; la Fazenda “Caracol” en el mismo estado de 120.000 hectáreas, con 10.000 cabezas de vacuno y 1000 caballos; Fazenda “do Perdido” de 55.000 hectáreas con 5.000 vacas, y 500 caballos, la estancia “Agüerito” en el Paraguay, de 25.000 hectáreas de extensión, con 7.000 cabezas de ganados vacunos y 1.000 de caballar.

Disponía de una vía férrea en Matto Grosso, 3 vapores chatas 2 pontones en Alto Paraná, 20.000 bueyes, 1.500 mulas y caballos, 600 carros de bueyes y 80 carros de mula.

Tenía dos oficinas mecánicas, aserraderos á vapor, 5 talleres de carpintería y 5 de herrería.

Fuente: Extraído del Libro "Manuel Franco" de Dr. Juan Samaniego - Facebook

lunes, 10 de febrero de 2020

Pasa el tiempo, pero el hundimiento del barco Myriam Adela no se olvida

Un día como hoy, pero hace 42 años, el barco Myriam Adela impuso con su hundimiento en el río Paraguay una de las marcas más tristes e indeseadas de nuestra historia naval, una cifra hasta ahora no superada de 113 muertos.

Las páginas 8 y 9 de ABC Color del domingo 12 de febrero de 1978. La crónica de los periodistas Ilde Silvero y Christian Torres, sobre la tragedia del barco Myriam Adela en Concepción.

En casi todo el mundo prácticamente no se hablaba de otra cosa que no fuera la Copa Mundial de Fútbol de 1978.

En Sudamérica, principalmente, la fiebre del mundial arrasaba ya que el trascendental torneo se disputaría en Argentina.

En Paraguay, como país vecino del organizador, solo se aguardaban los cuatro meses que faltaban para que empezara a rodar el balón y así olvidar al menos por un mes el yugo de la dictadura militar de Alfredo Stroessner que estaba en su punto más alto.

Sin embargo, aquella tragedia del 10 de febrero de 1978 haría olvidar a nuestro país no solo del Mundial, sino de la dictadura y de cualquier otra cosa.

El hundimiento del barco Myriam Adela fue una catástrofe nunca antes vista y que, afortunadamente, nunca más se repitió.

El buque de transporte zarpó del Puerto de Asunción un día antes, el 9 de febrero. Debía recorrer 510 kilómetros por el río Paraguay hasta el Puerto de Vallemí, en el departamento de Concepción.

Desde la capital, inició su travesía habitual con 26 pasajeros a bordo, más la tripulación.

Sin embargo, en cada puerto iba alzando más gente y, sobre todo, más carga, excesiva, de hecho.

Ya con unas 180 personas a bordo, la embarcación alcanzó el Puerto de Concepción y en la mañana del 10 de febrero de 1978 siguió su travesía aún más al norte.

Una repentina tormenta, que en realidad fue como un tornado, volteó la embarcación, que se hundió en cuestión de segundos, arrastrada hacia el fondo por el peso exagerado que llevaba.

El periodista e historiador Luis Verón confirmó que el recuento final arrojó una cifra de 113 muertos.

La tragedia ocurrió antes de alcanzar el Puerto Kemmerich (hoy denominado oficialmente Puerto Abente), que queda 80 kilómetros aguas arriba de Concepción, 50 kilómetros antes de Puerto Pinasco y 130 kilómetros antes del Puerto de Vallemí, donde el Myriam Adela debía atracar.

Kemmerich era el apellido de un inmigrante saladero, es decir, pionero en la técnica de salar y conservar las carnes para la exportación.

El periodista de ABC Color Ilde Silvero fue el primer reportero en llegar a la escena, al viajar en avión desde Asunción. Ayer dijo que hasta él tuvo que trabajar en el rescate de los cuerpos que flotaban en el agua.

Eligio González Aponte ahora tiene 82 años. Es uno de los héroes civiles que pudo salvar a 25 náufragos con una canoa en la que esperaba una encomienda que traía el Myriam Adela para la estancia en la que trabajaba. Ayer fue entrevistado por el corresponsal de ABC Color en Concepción.



ABC

domingo, 3 de noviembre de 2019

"Cachirulo" el personaje querido que recorría la ciudad

El conocido personaje, “Cachirulo” que formó parte de la cotidianeidad concepcionera por tantos años, dejó de existir este 21 de Octubre en la ciudad de San Antonio, Central, después de permanecer mucho tiempo con problemas de salud.

El verdadero nombre de “Cachirulo” es Toribio Vega.

Según fuentes de la comuna, nació el 16 de abril de 1949, en Puerto Casado, Chaco, fue criado en Vallemí, luego viniendo a Concepción quedándose casi definitivamente en la ciudad.

Pobladores antiguos comentan que desde hace más de 40 años que se lo veía recorriendo solo por la ciudad, vistiendo como un mendigo bonachón y pasando por todas las penurias propias de la pobreza. 

Poco a poco se fue ganando el cariño de los ciudadanos, que lo ayudaban con ropas, comida, baño; dormía en las casillas. A pesar de todos los regalos que recibia, él vestía siempre con sus mismas vestimentas similares a los que usan los militares.

Siempre pedia a los transeuntes conocidos el famoso "mil'i" y ultimamente 2 mil´i para comprar sus golosinas favoritas, que le encantaban.

El personaje es un ícono concepcionero y lo consideran una leyenda pueblerina, conocida por todos. La gente del pueblo lo describe como “ingenuo y bonachón”.

Él era un fanático olimpista y anti Lino Oviedo. Adoptó el mercado como su hogar, aunque le quisieron construir una casita, pero optó por el cariño de los lugareños.

Se lo veia generalmente alrededor del mercado municipal de Concepción, era a un hombre delgado, alto, con quepis, remera y pantalones bien sueltos, con cinto doble, caramayolas y una pistola de juguete, no te asustes: “Cachirulo” era el personaje más inofensivo y querido de Concepción.

Con sus manos imitaba a un fornido militar en su mundo de fantasías, pero tan real y cruel para él. Su arma, aunque de juguete, era su principal orgullo, porque no pasaba ni un minuto sin tocarla.

De esta forma queda en el recuerdo cariñosos de quienes lo conocieron y convivieron con el el día a día citadino.

Extraido de Extra

sábado, 21 de abril de 2018

Una anécdota de la historia

LA VENGANZA DE DON CAYO

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"¡Ha Quevedo tiempo...!" solían decir las gentes de esa generación al rememorar aquel no lejano periodo en que esos señores monopolizaban el comercio y controlaban todos los movimientos en la zona de Concepción. Para tener una idea de dicha época, habría que hacer un análisis ligero de la forma en que se vivía y de la costumbre del pueblo campesino. Sabido es que por esos años no existían aún los medios de transporte motorizado ni buenos caminos ni telégrafos; sin embargo, la vida se deslizaba más tranquila, había menos problemas y hasta parecía que se andaba más feliz.

Cuéntase que los señores Quevedo tenían en actividad más de quinientas carretas que llevaban y traían mercaderías de Concepción a la frontera. La casa importadora más fuerte, la estancia mejor organizada y mejor instalada, el ingenio de azúcar, las explotaciones de yerba y otras actividades más les pertenecían. Estos patrones y sus altos empleados viajaban sin cesar y no había valle en donde no tenían negocio y en donde no tenían clientes. Nuestras gentes sencillas les brindaban toda clase de atenciones y ellos las retribuían con creces.

Circulaba el dinero y el caso era ingeniarse para atraer a los ricos. Las posadas o casas de hospedaje eran lugares frecuentadas por troperos y allí hacían sus conquistas sentimentales y también sus derroches. Presas de ellos fueron muchas hijas buenas de posaderos y muchas lindas mozas del vecindario.

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Calle Ypané en 1898 (hoy Pdte. Franco)
Don Cayo, un paraguayo genuino, arrogante, siempre bien puesto, viajaba frecuentemente de su estancia a Concepción en compañía de su capanga Tiburcio, un morocho alto, fuerte, con una enorme cicatriz en la cara, seña particular adquirida en un bailongo improvisado. Tiburcio, el capanga inseparable, tenía fama de valiente y es por eso que se le tenía de guardaespaldas y se le proporcionó un 38 Colt con cabo de nácar, recién salido de fábrica. Don Cayo, a pesar de tener emblanquecido prematuramente sus cabellos y tener muchos hijos, gustaba de las fiestas. Su debilidad era el "Cielito Chopí" y se divertía enormemente haciendo el papel de "taguató". El "Solito" también le gustaba sobremanera pero más gozaban de él los espectadores. En sus continuos vaivenes asistía a cuantos bailes encontraba y muchas veces llegó a concentrar en sí la atención del público con sus travesuras. Su posada favorita fue la de Ña Vicenta, en Estribo de Plata, un vallecito alegre sobre el río Aquidabán. Ahí llegaba habitualmente por la tardecita a desensillar el caballo, cenar un buen plato de huevos fritos con mandioca y un cuarto de vino tinto; luego se sentaba a jugar al naipe, ya sea la escoba de quince o la biscambra, con la dueña de casa; pero más le hubiera gustado hacerlo con Susanita, la hija de Ña Vicenta, que por ese entonces disfrutaba de sus dieciséis floridos años. Era una simpática, risueña y vivaracha morena de cabellos encrespados, ojos muy negros y blanquísima dentadura; pero lo más atrayente de su persona estaba en el conjunto de sus curvas, que dejaban afiebrados de deseo a cuantos forasteros la miraban. Antes de continuar viaje, y después del mate, don Cayo chupaba otra media docena de huevos crudos y un cuarto de "guaripola". Un litro cargaba en su caramañola para irlo sorbiendo por el despoblado camino, al lado de Tiburcio, su confidente, su hombre de confianza.

- Esta Susana "aka chará" cada vez va siendo más cautivadora. ¿Te fijaste en ella? ¡Qué bien le queda ese moño de cinta azul! Y... ese cuerpo, ¡qué tentación! Quiero hacerle un obsequio.

- Pero patrón, usted que puede y tiene plata, ¿qué le falta? Ella es pobre y mucho le va á agradecer. Con plata se consigue todo.

Así, don Cayo iba alimentando una ilusión y aumentaba su optimismo para hacerse dueño de su cariño.

Una noche, aprovechando la ausencia de Ña Vicenta, sacó de su cinto doble un mil pesos pirirí y le pasó a Susanita.

- Tome -le dijo-, le obsequio para que invierta en lo que necesite.

- Por favor, don Cayo, es demasiado mucho. Yo no puedo aceptar. Contestó ella como si entendiera la intención del viejo consentido.

- Guárdese le digo, que yo se lo doy y... ya sabe por qué.

- Voy a recibir para guardarlo, don Cayo.

Después de esta introducción, continuó frecuentando la posada y prolongaba el juego de la escoba hasta altas horas de la noche. Para que el juego no decayera se aperitaba moderadamente. En fin, en algo sé salvaba el importe del kerosén del alumbrado. Don Cayo preteridla siempre que la señora Vicenta se fuera a la cama y así él continuaría el juego con la muchacha.

Una mañana, cuando ya estaba por partir, se presentó la oportunidad de conversar con la codiciada hija de doña Vicenta.

- Mira, Susanita. Quiero que me complazca en una cosa. Yo le voy a corresponder, pero no quiero que nadie sepa, ni su mamá. Si me demuestra su voluntad, ya sabe que le voy a dar cosas lindas.

Como si recibiera un insulto, Susana contestó en tono enérgico y sobre sus mismas palabras.

- No esperaba de usted, don Cayo, esta proposición. Yo le considero todo un señor y le respeto. De ninguna manera voy a aceptarle lo que me acaba de proponer. En cualquier cosa le puedo servir, pero para complacerle con mi persona no puedo. Continuare así. Muchas gracias por sus ofrecimientos. Y sonrió despectivamente.

Quedó derrotado así don Cayo en su primer intentó, no pudiendo ni siquiera continuar la súplica amorosa. Montó sobre su caballo y le llamó a Tiburcio, que le estaba esperando bajo un naranjo.

- Y bueno, torohó mba'é - dijo retirándose de la casa.

Durante el largo viaje no pronunció ni una palabra; de vez en cuando tomaba un sorbo de su guarigola y continuaba entregado a su recogimiento. Tiburcio marchaba un poco adelantado, para abrirle los portones.

Varios meses pasaron. Don Cayo seguía lunático. No le agradaba nada ya y maltrataba hasta a los personales más acreditados. El rechazo que recibió lo hirió en lo más hondo. No salía de su cabeza el recuerdo del último pasaje con la Susana. ¡Como esa mujer canalla le puede contestar "de ninguna manera" a él, que es todo un patrón? ¿Acaso él no puede ser digno de su amor? ¿Que se ha creído esa mujer tonta? No. Esto no puede quedar así. La venganza más cruel tiene que venir y ella habrá de sufrir y sentir lo que le ha hecho. ¿Qué hacer para que ella se arrepienta, para que le duela en el alma?

- ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! -repetía a menudo. Esa mujer me tiene que pagar caro.

Seis meses después, en una tarde calurosa, fue llegando don Cayo a su vieja posada.

- Tanto tiempo para volver por estos lados, -le dijo luego del saludo Ña Vicenta. ¿Qué habrá sabido de nosotros, por eso no llega más? Por aquí le recordamos siempre y sabemos que Ud. anda viajando por otro camino.

- Así es Ña Vicenta -contestó sin dar más explicaciones.

Cenó su plato preferido con su acostumbrado un cuarto de vino, pero no armó el juego. Alegó cansancio y se acostó temprano. Susana, muy amable, le atendía como de costumbre. Por la mañana le cebó el mate y le sirvió el desayuno. Demoró para salir. Hizo llenar un vaso grande de guaripola y empezó a tomar. El deseo de venganza ardía dentro de su pecho y quería ver aplastada a esa desconsiderada mujer, qué como siempre, estaba alegre y tentadora.

Ña Vicenta se ausentó por un momento y quedó don Cayo tomando su aperitivo. Su caballo ya estaba ensillado. Luego de ingerir dos vasos, pareció tomar ánimo y se decidió a hablar.

- Susana -llamó-, ¿quiere venir un momento?

- Enseguida, don Cayo, ya voy. Y de inmediato se presentó. ¿Recuerda aquel mil pesos que le dejé para que me guardara?

- Sí, don Cayo, lo tengo y está a su disposición.

- Bueno entonces, voy a retirarlo.

- Susana desapareció unos minutos y volvió entregándole el billete tal como había recibido de don Cayo en aquella ocasión: bien planchado y pirirí.

Don Cayo, guardándolo, montó su caballo y se despidió diciendo:

- Anga katu ja ahaitéma.

- Anichene don Cayo, siempre roha'arota.

Poco tiempo después recibió don Cayo una invitación especial de Ña Vicenta para asistir al acto de matrimonio de su única hija, con el capataz de los señores Quevedo.

- Ahora voy a vengarme -dijo. Ni yo ni mis personales van a ocupar esa fiesta. Susana me querrá ver y, quién sabe sí no me quiere decir algo; querrá seguramente con mi presencia dar categoría a la celebración de su boda, pero está muy equivocada. No participaré... y que sufra.

Fuente: ECOS DE CONCEPCIÓN - RELATOS Y CHISMENTOS

miércoles, 18 de octubre de 2017

CAPITÁN JOSÉ VENANCIO GONZÁLEZ

En el diario "La Opinión" del 20 de abril de 1990 apareció un artículo recordando su actuación durante la Revolución de 1947 y decía así:

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Dice Alfredo Seiferheld: "Es muchas veces doloroso para la propia historia traer al recuerdo un pasado de violencia y de miseria... pero sin embargo, menos justo sería para con la misma verdad histórica ignorar u ocultar testimonios que puedan contribuir a despejar interrogantes sobre algunos episodios, para que nunca más los paraguayos volvamos a cometer los errores del pasado", y por ello escribió las memorias del Capitán (después Mayor) José Venancio González sobre la revolución del 47. 

Este militar fue un héroe de la guerra del Chaco y fue distinguido con las dos mayores condecoraciones y con su espíritu guerrero, tampoco titubeó para defender en el 47 a su Partido Colorado y hasta que, ya durante la dictadura de la post revolución dio su vida en un episodio sangriento no esclarecido hasta hoy. 

El 20 de abril de 1949, el Guión Rojo de J. Natalicio González ataca la caballería, la que estaba comandada por el Tte. Cnel. Enrique Giménez. El grupo del Guión Rojo estaba comandado, por el Cap. José Venancio González y al ser repelidos por la caballería de Giménez, muere descuartizado éste y se lo entierra a la vera del Arroyo Itay, según manifestación de algunos escritores, pero muchos aspectos del hecho siguen en la incógnita y hay relatos como el de su hija la poetisa Hedy González Frutos, quien entonces era muy niña. 

Alguna vez tendrá que aclararse este horrendo episodio entre hermanos colorados: los llamados Democráticos de Federico Chávez y los llamados "Guión Rojo" de J. Natalicio González y muchas otras asonadas en tan turbulento corto período en que se sucedieron siete presidentes (Higinio Morínigo, Juan Manuel Frutos, Federico Chávez, Gral. Raimundo Rolón, Dr. Felipe Molas López, Tomás Romero Pereira y Gral. Alfredo Stroessner) y cuya rara investigación corresponde a otros historiadores que alguna vez aclararán. 

Estando al frente del R.C. N° 6, aquel 31 de julio de 1947 y ya llegando en su avance hasta la picada de "Curuzú Isabel", a unos 10 kms. de Concepción, recibe con asombro la orden de detenerse y regresar a su punto de partida, un lugar llamado "Bolicho Torres".

Se enteró por algunos prisioneros y vecinos que las fuerzas rebeldes se desprendieron de Concepción, pero confirma lo que aseveró en otro capítulo, que no sabían hacia dónde fueron.

Efectivamente, ese primero de agosto los rebeldes forzaron "Caída" y siguieron al sur. Los leales estaban aislados, sin medios de transporte, y no tenían otra alternativa que seguir a pie y solamente un grupo logró seguir en una embarcación que no pudieron reparar los rebeldes y que luego de varios días el Contra Almirante Ramón E. Martino logró ponerla en marcha. Sobre esa lucha y el final de la Revolución el 19 y 20 de agosto ya es historia conocida a través de publicaciones periodísticas diversas y libros varios, aunque los pormenores del fracaso de los rebeldes y el triunfo de los leales tiene aún sus interrogantes.

El trayecto a pie y a caballo del escuadrón del Mayor José V. González, éste lo describe con lujo de detalles y fue una odisea digna de la pluma de un historiador, guerrero militar, por lo que aquí no me limitaré a transcribirlo en su totalidad. Pero sí vale la pena anotar que este escuadrón bajo el mando del Cuerpo de Zapadores del Cap. Clavell encontró en la zona de "Villa del Rosario" a un grupo de niñas de San Pedro que fueron traídas como prisioneras y por supuesto, el jolgorio fue indescriptible al ser liberadas. 

Esto demuestra que en una contienda no hay frentes buenos, generosos, respetuosos ni condescendientes con el prójimo. En ambos bandos salta el espíritu maléfico que lo traemos incrustados en el alma a partir de Adán y Eva y describe el Cap. González que muchos de sus soldados eran oriundos de Rosario y ansiosos fueron a sus lares, y encontraron muchos de ellos verdaderos desquicios dejados por los rebeldes.

Habla de la nobleza del soldado, que su odio y deseo de venganza es dominado por el deber, pero mi apreciación es que en el fragor de la lucha es difícil que se imponga la razón. Tanto el vencido como el vencedor no tienen corazón y la historia demuestra que las generaciones futuras deben nutrirse de estos bestiales ejemplos para imponer una conducta, un "¡¡¡BASTA, YA NUNCA MÁS!!!".

domingo, 12 de febrero de 2017

TENIENTE SIGFRIDO "BUBBY" MALUF

A título de anécdota, creo que vale la pena destacar referencias de familiares y algunos Ex-combatientes, sobre este destacado joven concepcionero llamado Sigfrido Maluf, alias Bubby (*) quien tuvo una actuación histórica y heroica en el R.I. 1 "2 de Mayo" a las órdenes del Cap. Bartolomé Araujo, cuyo frente sobre la margen derecha del río Ypané, abarcaba desde Belén (Paso de Patria) hasta la desembocadura en el río Paraguay. 


Sus hazañas le valieron el rápido ascenso a Teniente. Se recuerda una hazaña allá por junio o julio del 47, cuando el famoso R.I. 5 "Gral. Díaz", llamado "Poncho Pytã", estaba integrado por los reservistas colorados, vadearon el río Ypané con la intención de apoderarse del Aeropuerto, a dos kms. del Ypané y de ahí a tres kms. de Concepción, que de caer en manos de ellos, terminaba la Revolución. 

Estos aguerridos reservistas se encontraron con una inexpugnable resistencia del R.I. 1 "2 de Mayo". Allí fueron repelidos y muchísimos reservistas murieron acribillados y otros ahogados al intentar cruzar el río a nado. Del lado rebelde murieron cinco rebeldes y esa noche fueron velados en el salón de Actos del Palacete Municipal. Recuerdo muy bien de uno de ellos, un sargento Escalante presentaba un dantesco cuadro con el cráneo y cara totalmente destrozados por una salva de metrallas.

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A raíz de esta hazaña, se hizo famoso en el frente gubernista el nombre del Tte. Maluf, como el héroe de esa gesta, considerándosele como el revolucionario que más colorados mató en la Revolución, clamando en consecuencia, venganza. La historia no termina acá.

Ya en pleno desbande, el 18 de agosto, un grupo de rebeldes marchaba a prisa en busca de la Argentina, allende al río Pilcomayo. Llegaron a una Estancia llamaba "Galileo" de don Froilán Zavala, que antes de llegar al Pilcomayo son alcanzados y tomados prisioneros por las fuerzas gubernistas que les seguía a corta distancia. Ahora, según relata otro concepcionero corrido, el Sr. Coco Rojas, Hipólito, al llegar a dicha zona, ya en horas de noche, encuentra al contingente arriba citado, en una isleta cerca de la estancia "Galileo", donde exhaustos, estaban durmiendo. 

Todos ellos cruzaron el río Paraguay a la altura de lo que hoy es Puente Remanso y en la orilla derecha había una destilería donde quedaron a pernoctar; fue el 17 de agosto y al día siguiente prosiguieron hacia el Oeste, internándose unos 10 kms. en el Chaco y ahí encontraron un Retiro de "Galileo" llamado "Mamó reí". Era el extremo este del Estero Patiño, donde pernoctaron y al día siguiente temprano tomaron varios caballos y se lanzaron hacia el sur en busca del Pilcomayo. 

Uno de ellos, ya agotado, tuvo que ser transportado ventralmente sobre el anca de un caballo, so pena de morir. Era un conocido concepcionero, dueño de una mueblería fúnebre llamado Silvestre Insfrán y a la noche llegaron a la isla arriba citada, donde encontraron a ese otro grupo descansando, entre ellos dos concepcioneros: Feris Maluf y un joven de apellido Ortellado conocido con el sobrenombre de "Mariscal". Era hermano del conocido sacerdote concepcionero ya desaparecido Pbro. Venancio Ortellado. Al llegar a dicho lugar, les dice Hipólito (Coco) Rojas a los dos concepcioneros: "Por qué no seguimos que están por llegar los gubernistas y nos matarán a todos". Le responde Feris que no, que están muy cansados y que quedarán a dormir para continuar al día siguiente. 

El resto continuó viaje y al día siguiente cruzaron el Pilcomayo a la altura de un lugar donde los caballos aceptaban vadear el río. A esa estancia llegaron ya a altas horas de la noche del 18 de agosto, donde se acostaron a dormir, pero a eso de las 2 de la madrugada del 19 de agosto, un Contador Público concepcionero de apellido Insaurralde, les despertó a todos y les dijo que debían cruzar la frontera lo más pronto posible, pues estaba remontando el Pilcomayo una lancha torpedera gubernista y todos corrían el riesgo de ser aniquilados. Así se salvaron y fueron guiados por vaqueanos de la Estancia. 

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Tropa de la Caballería revolucionaria
Fueron tomados por los argentinos y conducidos a un campo de concentración. El Sr. Insaurralde y otros no quisieron cruzar el río y siguieron a pie, costeando el Pilcomayo hasta llegar a los fondos de los campos de Carlos Casado, donde tenía unos parientes trabajando en una Estancia. De ahí, posteriormente, el Sr. Insaurralde fue a radicarse en la ciudad de Salta, donde llegó a ser Presidente del "Centro de Residentes Paraguayos", y falleció hace poco tiempo-.

El Sr. Hipólito Rojas relata que unos días después llegaron otros refugiados y contaron que los gubernistas alcanzaron aquella noche la Isleta, sorprendieron a los que quedaron a descansar y procedieron a identificar a cada uno de ellos y cuando le tocó el turno a Feris, le dicen:

- ¿Cómo se llama Ud.?

Le responde: Feris Maluf!

Ah, ¿Ud. es el Tte. Maluf?

- Sí, el mismo. Que quizás lo dijo por el susto, inocentemente.

Ah, entonces Ud. es el famoso Tte. Maluf, así es que, siga corriendo. Algunos refieren que en el acto fue degollado y todos sostienen que al obedecer la orden de correr, lo acribillaron a metralleta por la espalda. Triste destino, no era el de el Tte. Sigfrido "Buby" Maluf. Era su primo Féris Maluf, hijo de otro libanés llamado Abrahin Maluf.

Ese mismo fin tuvo "Mariscal" Ortellado.

Los restos de Feris Maluf fueron traídos a Concepción un tiempo después por sus familiares, los cuñados don Guillermo Ruotti y Herminio F. Valiente. En el lugar colocaron una cruz de hierro y todos los que pasan por el lugar, lo reconocen como "Curuzú Maluf".

¡Y cuántos centenares más de jóvenes rindieron tributo a sus ideales en la fratricida revolución del 47! En el bajo Chaco a orillas del Pilcomayo; en Villeta sobre el río Paraguay se vivieron las más tenebrosas escenas de la guerra fratricida. ¿Cuántos paraguayos muertos en manos de sus propios hermanos, en nombre del ciego fanatismo de los colores partidarios?!

Hay hechos que se prestan a comentarios, pero se impone el respeto al pensamiento y a los intereses de los protagonistas. Luego de terminar la Revolución, el Tte. Sigfrido Maluf decide y se afilia al Partido Colorado y esto le permite llegar a la Presidencia de la Seccional Colorada de Trinidad, donde logra llevar adelante una de las fábricas más grandes de cerámica en el Paraguay, tal vez con la ayuda de Humberto Domínguez Dibb, su amigó y compatriota que por lazos matrimoniales lo allega al tirano Stroessner. Churchil se afilió a cinco partidos.

(*) Según un cadete llamado Raúl Friedman, quien escribió un artículo sobre los acontecimientos del 7 de marzo de 1947, en una sección dominical de un periódico de la Capital, dice que nunca había pasado por la Escuela Militar un cadete que tuviera mejores notas que el brillante Cadete Sigfrido Malu
f.

Fuente: CONCEPCIÓN - PINCELADAS Y VIVENCIAS DEL 47 - Dr. Pedro Ruso Skurich

lunes, 6 de febrero de 2017

Valentin Echague "Lengua Ragüe"

Personaje pueblerino de la ciudad de Concepción, de profesión carrero y arbitro de fútbol, famoso por su humildad y relacionamiento con la gente, pues saludaba "a todo el mundo" con su potente voz que se escuchaba hasta varias cuadras y se podía adivinar que "Lengua Ragüe" estaba circulando con su carro por ahí.

No había una sola persona que no pasaba desapercibido al paso de este personaje del pueblo, pues no hacia distinciones de ninguna laya.

Muy conocido por todos, amigable, siempre sonriente a todos, en todo momento irradiaba alegría a todos los que le escuchaba porque la voz de "megáfono" le salia naturalmente y repartía chistes de aquí para allá haciendo escuchar su contagiante risa.

No habrá personas de su época que no lo recuerde.


No tenemos muchos datos de su biografía pero queríamos rendir un homenaje a esta leyenda de la calle y cuyo nombre lleva el Polideportivo Municipal de Concepción.

Miren este vídeo grabado por Humberto Albertini que quedo en el éter, de este singular personaje tildado como "Lengua Ragüe" que significa "pelos en la lengua" por la forma persistente, potente y contagiosa de hablar:

martes, 2 de agosto de 2016

Loreto: Veterano cumplió 103 años en buen estado de salud

LORETO.- 
Don Ramón Caballero, excombatiente de la Guerra del Chaco, cumplió ayer 103 años de vida. El festejo se realizó en su vivienda ubicada en la compañía Virgen del Carmen, distrito de Loreto, hasta donde llegaron familiares y amigos.


Caballero nació el 31 de julio de 1913 en el mismo distrito y muy joven se alistó en filas del ejército, fue trasladado al Chaco cuando la guerra estaba en su desarrollo. Actualmente goza aún de buena salud, es fuerte y vigoroso, aunque recuerda con angustia el asalto del que fue objeto hace unos 5 años atrás, ocasión en que lo golpearon y le llevaron dinero en efectivo.

En la fiesta de cumpleaños hubo serenatas de grupos musicales, entre ellos la banda de músicos del Círculo de Suboficiales Retirados de Concepción, que entregó un pergamino de reconocimiento al veterano.

Don Caballero tuvo fuerza de bailar con sus hijas y nietas, se sintió con muy buen humor hasta para dar piropos a las jóvenes.

La fiesta continuó con un almuerzo popular entre los vecinos y parientes.

UH

domingo, 17 de julio de 2016

Gonzaga Garcete rompió comprometedor informe que le presentó capitán Piñánez

El general Herminio Piñánez, padre del capitán Enrique Piñánez, fallecido en extrañas circunstancias en Cuero Fresco, Concepción, sostuvo que a casi dos años del hecho, autoridades militares no informaron sobre la muerte de su hijo. Dijo que Gonzaga Garcete eliminó un informe clave que denunció el desaparecido y, según el padre, hay temor de que se sepa más sobre bomba electrónica que FTC mandó preparar al capitán.



–¿Qué fue lo que pasó con su hijo?

–Él se sintió observado por la amenaza que le hizo el comisario Antonio Gamarra al enterarse de que mi hijo le comentó al fiscal Joel Cazal durante un almuerzo en su casa sobre toda la corrupción en la FTC y que en su ausencia sacaron de su ropero las bombas que encontró en el lugar donde murió el comisario Manuel Escurra.



Capitán de Ingeniería Enrique Daniel
Piñánez Ciancio, quien falleció el 26 de
noviembre del 2014 en Horqueta.
A partir de ahí, Gamarra le amenazó que si vuelve a pisar Concepción será hombre muerto. Entonces vino unos días y se volvió a presentar el 18 de noviembre. Fue recibido otra vez de forma grotesca y con amenazas. Su jefe Restituto González le dijo frente a todos los personales, “yo no le quiero ver a usted, desaparezca de mi vista”. Luego unos camaradas le dijeron: Hoy tenés que desaparecer de ahí, porque esta gente te va a matar y entonces preparó todas sus cosas y a media noche salió y estuvo tres días en la casa de su hermana.

–¿Qué hicieron sus jefes?

–Mandaron un informe al comandante del Ejército Gonzaga Garcete acusándolo de deserción. Garcete le ordenó para que redacte un informe completo que después le entregó y eso fue lo que rompió en su cara.

Le dijo: “Eso es muy comprometedor tanto para usted como para mí” y rompió. Prepare otro, donde ya no dijo nada porque él ya sabía. Ese fue el comienzo de su problema.

–¿Cómo fue que volvió a Concepción?

–Y en agosto del 2014 por ahí fue que hubo cambio allá. Dijo que se iba de particular, con Héctor Grau y Ramón Benítez, comandante de la FTC. Su ida fue en forma irregular porque no hubo orden para ir allá, pero hay normas que siempre se cumplen en las unidades militares. Yo, comandante, no puedo disponer por mi mismo la comisión de un personal calificado sin autorización del que está más arriba.

–¿Para qué se fue?

–A su esposa le dijo que se iba a pedido del general Benítez para preparar una bomba a ser detonada a control remoto. Esta bomba se va a meter con un paquete de explosivos en el campamento de los delincuentes y a ser explotada entre ellos (ACA). Totalmente ilegal y penado por leyes internacionales y que hasta ahora sigue la incógnita de quién detonó.

–¿Qué teoría maneja usted?

–Ellos no estaban haciendo patrullaje. El capitán y el suboficial José González estuvieron desde las 13:30 en esa comisaría de Cuero Fresco, que queda a 400 metros del lugar donde ocurrió el hecho. Les dejaron ahí y después se fueron a retirarle a las ocho menos cinco, y ahí ocurrió.

–¿Qué explicaciones le dieron?

–A mí hasta ahora nadie me dio ningún informe oficial. En marzo de 2015 como no había ninguna novedad al respecto me comuniqué con el ayudante personal de Gonzaga Garcete y le dije si me podía fijar una audiencia y me dijo, en seguida le devuelvo la llamada. Nunca recibí esa llamada.

Como no recibí la devolución de esa llamada, me fui al Comando en Jefe. Entregué la nota directamente al Presidente de la República y llamativamente desde el día siguiente comenzó la movida de toda esa gente que tuvieron participación en esa operación. Eso me llamó la atención.

–¿Qué le dijo el Presidente de la República?

–A consecuencia de la publicación de la denuncia que hice a través de ABC, yo creo que para tratar de calmarme, escuché que se dijo eso, el Presidente de la República me hizo invitar para recibirme. Me fui, y me dijo: ¿Acaso a su hijo no le explicaron lo que pasó? Y yo tenía cierta pregunta que quería hacerle, pero por respeto no hice, quería preguntarle la versión oficial que él recibió. Esa versión es la que yo quiero saber.

Yo le pregunté esa vez al Presidente si sabía lo de la bomba a control y me dijo: ¿Usted piensa que yo voy a hacer esas cosas?, comento no más porque todos sabían de esa operación.

–¿La Corte Militar está investigando el caso?

–La Corte Militar me respondió por nota que no está en su jurisdicción abrir un sumario sobre el caso; sin embargo, es un hecho que ocurrió en servicio.

–¿Cómo avanza la Fiscalía?

–La Fiscalía viene a ser como una tormenta que llega con mucha fuerza y después se va disipando, hasta desaparecer.

Muchas dudas

El 26 de noviembre del 2014 en Cuero Fresco, Horqueta, una explosión en horas de la noche costó la vida del capitán de Ingeniería Enrique Piñánez Ciancio y la del suboficial José González Ferreira. Mientras que el agente especial de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) Juan Manuel Jara sufrió severas lesiones auditivas y un cuarto supuesto agente encubierto solo tuvo heridas puntiformes leves, según los informes oficiales.

La versión no termina de convencer al general Piñánez. El militar retirado dijo: “Hay cosas que no cierran, no descarto que haya podido ser un accidente, pero que me den una explicación lógica, cómo pasaron las cosas”.

Publicado por ABC Color

viernes, 9 de octubre de 2015

Ella de 80 años, él de 84, se enamoraron en hogar de ancianos y se casaron

Él tiene 84 años y ella 80, él viste de traje y ella con un vestido blanco. Son los novios Moisés y Victoria, quienes dijeron “sí, quiero” en el hogar de ancianos Monseñor Emilio Sosa Gaona, ubicado en la ciudad de Concepción, donde se conocieron y enamoraron.


El amor no posee barreras y eso demuestran dos ancianos que encontraron el amor en un alberge para adultos mayores y decidieron contraer matrimonio.

El novio, Moisés, dijo que vio a Victoria por primera vez cuando estaba sentada charlando con la encargada del lugar. “Yo la vi desde lejos, quería hablar con ella y entonces le pregunté a la licenciada si podía hablar con ella y me dio permiso”, recordó.

Siguió contando que en esa oportunidad hablaron muy poco, ya que ella se retiró del lugar ni bien pasaron algunos minutos. Contó que en otra ocasión la encontró sentada sola y que volvió a cercarse para charlar con ella. “Y así fuimos hablando, de a poco empezamos”..

Victoria dijo que el trabajo que debió realizar su ahora esposo para conquistarla no fue fácil. “La primera vez yo le dije: ‘Andate a tu casa, de donde viniste’. Le eché pero igual volvió”, añadió.

Moisés aclaró que luego comenzó el noviazgo y que los encargados del lugar propusieron si querían contraer matrimonio, a lo que respondieron sin titubear que sí.

La mujer señaló que le llegó a pedir a Dios que le “mande un esposo” que la acompañe, ya que se encuentra sin familiares.

Otros ancianos destacaron que ambos encontraron el amor y bromearon que ellos todavía no lo hicieron.

Por su parte, la directora del hogar, Lucía González, dijo que está en proceso la construcción de una habitación para la pareja para que estén juntos.

Otro que no quedó ajeno a esta historia de amor fue el presidente Horacio Cartes, quien dijo que los adultos mayores también tienen sueños que cumplir y su labor es crear las condiciones básicas para que con la seguridad de un sustento puedan dedicarse a alcanzar sus metas.

“¡Felicitaciones a esta hermosa pareja que nos enseña que no hay edad para alcanzar lo que queremos!”, compartió el mandatario en las redes.


jueves, 11 de junio de 2015

Orgulloso de haber defendido nuestra patria

Don Ramón Caballero (101), el único héroe de la Guerra del Chaco (1932-1935) que vive en la zona de Virgen del Camino, distrito de Loreto (Concepción), se encuentra bien de salud.
Incluso, todavía realiza algunas tareas de limpieza con azada, alimenta a las gallinas y guineas. Estuvo siete meses en la línea de combate y fue herido en el pecho. Rememoró que se alimentaban de carne conservada en el campo de batalla.

Don Ramón Caballero nació el 31 de julio de 1913 en una estancia de la zona de Paso Barreto. Cuando se inició la contienda del Chaco fue a defender al país, contó orgulloso.

Muy lúcido, aunque con ciertas dificultades para oír, contó que antes de ir al frente de batalla estuvo un mes en el cuartel de la ciudad de Concepción, de dónde partió en barco junto a otros numerosos jóvenes.
Recordó que estuvo durante siete meses en la línea de combate y que fue herido en el pecho. Fue derivado hasta el hospital de Villa Hayes y después pasó a Benjamín Aceval.

A pesar de que se repuso de la herida ya no volvió a la guerra y regresó a su casa en Concepción. Una de las anécdotas que comentó es que se alimentaban de carne conservada que se les distribuía. Si era poco compartían con otro compañero.

“Las latas vacías las guardábamos para utilizarlas como cucharón para sacar la comida o como jarro cuando nos repartían agua. En muchas ocasiones el camión que distribuía el agua no llegaba a los sitios donde estábamos y ahí nos ingeniábamos, muchos cortaban la raíz del ysypo para chupar un poco de líquido”, recordó.

Luego de recuperarse de la herida recibida en la guerra, siguió trabajando como peón en estancias de la zona de Paso Barreto y Loreto. Tiene nueve hijos, ya perdió la cuenta de la cantidad de nietos, bisnietos y tataranietos. Hace 37 años enviudó.

Hace tres años fue asaltado. Los delincuentes le dispararon y le robaron poco más de G. 1 millón, que era parte de la pensión que había cobrado. Sobrevivió una vez más y ahora se prepara para festejar sus 102 años el próximo 31 de julio.

Un soldado decidido y con convicción

HORQUETA. Don Aureliano Areco (101) es uno de los excombatientes sobrevivientes de la Guerra del Chaco en esta ciudad. Recordó que cuando tenía 18 años de edad y por iniciativa propia decidió trasladarse al Chaco para defender al país desde 1932.
Comentó que cuando tomó dicha decisión, su madre Úrsula Tadea Ruiz, en un principio intentó detenerlo, pero ante su insistencia finalmente lo llevó hasta Concepción. Señaló que desde la capital departamental se trasladó hasta uno de los fortines del Chaco, donde por cinco años sirvió a las Fuerzas Armadas de la Nación.

Dijo que como servidor de los aviadores de las Fuerzas Armadas trabajó con cocineras y enfermeras para entregar a los aviadores alimentos, agua y medicamentos, que eran transportados en las aeronaves para ser distribuidos a los soldados.

Historió que fue acompañante de las mujeres en el Fortín Orihuela, del cual fue comandante el Tte. 1º Trinidad Fernández y a quien le pidió que le permita luchar como soldado. Pero, el jefe militar le impidió por ser muy joven.

Los familiares del héroe manifestaron que el Estado paga como pensión G. 4.450.000 del cual recibe G. 3.500.000 debido al descuento de un porcentaje para el Instituto de Previsión Social (IPS). La suma es insuficiente para cubrir las necesidades del excombatiente y la familia, ya que en la previsional no acceden a medicamentos, indicaron.

Don Aureliano y sus familiares se preparan para celebrar los 102 años del benemérito el 25 de setiembre próximo.

ABC

martes, 2 de junio de 2015

FÉLIX A. CÁCERES

Este caballero bonachón pasó su figura por nuestra sociedad en recia mansedumbre. Se lo veía todos los días, con pasos al parecer cansinos, pero que más bien delataba su prestancia. Iba a su trabajo. 

Era Contador de las grandes empresas y negocios de Concepción, muy eficiente y responsable en sus balances e inventarios comerciales. A la tardecita se lo veía en el "Club Concepción" o en el "Café Europa" de don Pedro Ruso, departiendo con amigo en amables coloquios y acompañado de una copita de la famosa caña "Tayi-caré", preparada con esencia de guaviramí y jarabe de azúcar quemada, que hacía la delicia de los respetables vecinos de la época. No muy entrada la noche llegaba su esposa, la buena doña Cantalicia, quien le invitaba y juntos retornaban al hogar.

Ese era el diario vivir de la pareja y en sus horas de ocio, don Félix se sentaba en su escritorio, hoy leía, mañana escribía; le gustaba los versos y también la prosa. Lamentablemente no fue posible rescatar algunos versos, ni aquel que dedicó a Concepción; luego de terminada la Revolución y donde se lamentaba del silencio que quedó, de la ausencia de tantos amigos y familias que partieron presurosos del vendaval y muchos de ellos, que ya nunca volverían.

Pero sí llegó a mis manos un relato que por lo visto brotó de su alma dolorida al ver tanta maldad humana, que más bien pareciera nacida de la ley de la selva. Se trata de un manuscrito, de puño y letra de don Félix, inédito y posiblemente inconcluso, pues se diluye en palabras que no parece ser el final de la historia y que su presumible continuación figuraría solamente en su mente o en algún libreto perdido en el tiempo o en el espacio. 

Me permito trascribir nada más que como prueba de un testimonio que no tiene visos de mentiras y si resulta doloroso para muchos, que lo tomen como ejemplos de una promesa para que futuras generaciones piensen, que recapaciten ante las circunstancias en que la vida les inciten al mal, al rencor, al odio entre hermanos.

UN CAPÍTULO PARA LA HISTORIA
"Fue el 31 de julio de 1947 - entrada triunfal (criminal)) de los "Pynandí" en la muerta y despoblada mártir de Concepción...

El 30 los sediciosos habían abandonado la ciudad, a media noche, después de una hábil maniobra, llevándose todos sus elementos bélicos, rumbo al sur, con la seguridad de arrollar en su camino fluvial a todo los obstáculos que se les presentaren, hasta llegar a su objetivo... Asunción.

Amaneció el día 31 y los rebeldes habían desaparecido; nadie sabía la dirección que habían tomado. En los corrillos callejeros se comentaban los acontecimientos. Unos decían haber visto que se dirigían hacia el Norte, otros hacia el Sur. Nadie sabía nada de cierto... Ínterin, una comisión compuesta de sacerdotes y civiles, en un camión, con banderas blancas desplegadas al viento marchaban hacia el campamento de las fuerzas leales acampadas en las proximidades del pueblo de Belén, para invitarles a llegar a la Ciudad desguarnecida y abandonada por los rebeldes, para tomar posesión de ellas, de la ciudad bajo la garantía de los mismos comisionados, que eran los portadores o mensajeros de la paz para los vencedores que se aproximaban a la ciudad mártir....

Mucho duró la expectativa. Se decía que estarían a las 20 hs., después a las 12 y por último a las p.m.

Por fin, después de impaciente y larga espera de parte de las familias coloradas, que con sus banderitas rojas con estrellitas blancas recorrían la ciudad, se hicieron ver los primeros grupos de la vanguardia del Ejército Libertador, que entraban, caballeros extravagantes, sin jefes ni oficiales, por la calle Presidente franco con los estridentes gritos de..."Por la Liberación de la ciudad mártir, por la Patria, por los gloriosos Pynandíes, tres hurras"...

Vox conat in auribus meis. Unas escuálidas mujeres del pueblo ataviadas de rojo de pie a cabeza, les hicieron coro... en ciudad alguna del mundo se ha registrado una entrada triunfal más impopular y decadente de todo entusiasmo que pasma a quien lo contempla y observa con espíritu sereno e imparcial.... Los chacales aullando en el vacío, las hienas mostrando sus garras filosas en busca de víctimas, las bestias con sus ojos sanguinolentos rugiendo de rabia ante su ruidoso fracaso, organizan rápidamente la revancha....

Aquí viene lo increíble, lo inverosímil

Los Hunos y los Vándalos quedan en unos minúsculos guerrilleros de fama apagada, ante estos libertadores de nuevo cuño, libertadores tenebrosos sedientos de lo ajeno.... ¡Ay de ti Concepción!. Pareciera verse al Cristo llorando sobre tus ruina! Cuando sonó la fatídica frase "Conceptio delenda est" envueltas en las carcajadas terribles de la fusilería, que sonaban por doquier en aquella noche trágica del 31 de julio de 1947.

Eran las 6 o 7 de la noche, cuando empezaron por los suburbios recios tiroteos. Había sido que al amparo de esos tiroteos, comenzaba la obra inaudita: saqueo libre, premio otorgado para los "Pynandíes" a su entrada a Concepción.

El comerciante José Miguel Lambiasse fue apresado, apaleado y conducido a la Ciudad en ropas menores, mientras su casa de negocios fue saqueada íntegramente y como corolario, incendiado su Depósito de Frutos del país, primer paso de liberación de la ciudad mártir.

Entre tanto, se sucedían los tiroteos, cual si fuesen en los tiempos históricos de los encuentros de patrullas o fuego de hostigamiento en el frente de operaciones. No era sin embargo eso, ni cosa parecida. Eran sí fuegos de hostigamiento, para entrar de lleno al saqueo de la ciudad mártir. Era el "EUREKA" del vellocino de oro soñado y buscado por los gloriosos "pynandíes" que al fin lo hallaron y lo explotaron a gusto y paladar. Al amparo de la noche cruda de invierno que entraba navegando sobre las olas cortantes del viento Sur, que no permitía el tránsito de persona alguna y los intermitentes disparos de fusilería, continúa la criminal obra del saqueo y destrucción. Tiritaban la gente de frío, pero mucho más de miedo. Sin embargo, la plebe colorada era invitada para participar del festín se NABUCODONOSOR.... Mañana habrá terminado el "Cucú", el "Pombero", el "Yacy-Yateré", el "Curupí", para amedrentar a las criaturas y se dirán ¡Cháque pynandí"!,¡Cháque pynandí"!, y las criaturas llorosas callarán de miedo ante las amenazas de semejantes adefesios, que arruinaron la ciudad mártir de Concepción.

La casa comercial del Sr. Fidel García, digno exponente del comercio local que permanecía cerrada por ausencia del dueño, fueron violentadas sus puertas a culatazo limpio de fusilería por los libertadores, quienes pusieron en libertad todas las mercaderías del Sr. García, repartidas entre la plebe salvaje que acompañaba a los "Libertadores" y que, hoy desesperadamente visten géneros de "Casa García". No contentos los saqueadores de la casa, hicieron volar los muebles y útiles a todas direcciones, rotas las vidrieras, hecho trizas los envases, etc., etc.

Igual operación salvaje se llevó a cabo en la casa comercial del Sr. Heriberto Lambiasse, también fuerte firma de esta plaza, que quedó convertida en ruina, completamente liberadas sus mercaderías y limpio el salón, donde otrora estaba repleto de variada existencia de artículos de toda naturaleza.

Simultáneamente la "obra filantrópica de liberación" se extendió a la zapatería del Sr. Ildefonso Ovelar, donde no quedaron sino cajones hechos piltrafas y añicos los papeles, rotos los espejos a tiros de fusiles, hormas de zapatos dispersas por todos lados. Sangrienta ironía!, ¡Obras constructivas coloradas!. Comunismo puro practicado por los deliciosos Guiones Rojos Pynandíes, en sus orgías canibalescas....

A la "Comercial & Ganadera del Norte S.A.", la dejaron limpia como una patena; ni un botón para muestra, ni un alfiler, ni una nada. Solo armazones dispersos y deshechos por doquier; mostradores hechos astillas, vitrinas rotas; escritorios revueltos; cajones rotos, cajas de hierro tumbadas, cuyas puertas resistieron a los múltiples golpes de los gloriosos; muda como la boca de un muerto, guardando en sus entrañas cuantiosos intereses.... Si estos ojos no hubiesen visto la cruda y espeluznante realidad este cuadro dantesco, desolador, consumado por unos hombres llamados irónicamente: "Representantes de la Legalidad", "Orden, Dios, Patria y Familia", lo hubiera creído jamás de los jamases... Diría que fue la creación fantástica de algún cerebro enfermizo, o algún corazón atrofiado y seco de tantas maldades... sedientos de pretéritas venganzas con odios concentrados.

"CONCEPTIO ALEA JACTA EST": Tu suerte está echada Concepción. ¡Sálvate!

"DELENDA EST CONCEPTIO": Concepción debe ser destruida, guarida de liberales.

Y destinada es la pobre mártir. Destinada por los canallas hambrientos, insaciables, que devoraron y destruyeron todo lo que encontraron a su paso y hasta asesinaron a humildes trabajadores como aquel Panza, por el delito de denunciar sus crímenes... Y destinada fue la pobre ciudad mártir por aquellos mismos "Pynandíes" que pululan desgraciadamente impunes por las desiertas calles de Concepción arruinada, quien sabe hasta cuándo, hasta que Dios diga basta, ¡Si Dios tiene poder para con ellos!

A la misma hora, por otros bandoleros fieros, eran visitadas las casas comerciales de la Sucursal "Segura Latorre & Cía" y del Sr. Juan Sebastián Scarpellini (Tienda San Juan), cuyas casas fueron liberadas y limpiadas igualmente de sus mercaderías al grito desaforado de ¡Alto! y tiroteos por todas direcciones, queriendo hacer tragar a los que les escuchan que los que saquean y roban a mansalva son particulares ...SIC... Y un poco más distante de este escenario suculento y dantesco miliunanochesco que se llama "Plaza Carreta", el Sr. Santiago Zárate, luchaba a brazos partidos con los esforzados "Pynandíes" para recuperar algunos fardos de sus mercaderías rumbo a la casa de los Peña, y que gracias a la intervención oportuna de un Oficial del Ejército, que llegaba oportunamente pudo recuperarlos... algo...

La casa del Escribano Público don Pedro J. Cáceres, el hombre más inofensivo del mundo, y contemporizador como buen guaireño con todos los ciudadanos libres y como buen demócrata, recibió también la fatídica visita de los "empalagosos Pynandíes" que efectuaran la consabida liberación de todo los muebles y ajuares de su señora, trajes y todo lo portátil, etc... encontrados en la vera de la deliberación, con principio de incendio que a estos canallas no les resultó...

En todas las casas citadas hasta aquí se notaron principios de incendio, que felizmente no progresaron, porque las toscas manos de estos saqueadores eran más hábiles en los robos que en el incendio... por eso, el robo, la rapiña, el hurto resultaron mucho más...

La casa comercial del Sr. Cándido Núñez se salvó del naufragio gracias a la intervención de los Sres. Jorge Sebastián Miranda y Benigno Villa, que interpusieron sus buenos oficios ante los señores libertadores.

Así mismo, la tienda "El Baratillo de Jerusalén" del Sr. Emilio Isa, que estaba a punto de ser libertada por un pelotón de "Pynandíes" fue salvada milagrosamente mediante la Dama Colorada Doña Patrocinia Guanes de Brugada, que desplegó toda su habilidad diplomática para ponerla a salvo.

El Sr. Agustín Scarpellini, recibió a la vez la desolada visita de ritual, que dejó liberada su casa de comercio de todas las mercaderías y enseres que tenía...

El Sr. Sabino Sánchez, escuchó también el arrullo melodioso de la liberación de sus mercaderías, que se esfumaron como espuma de jabón al conjuro de las voces de los expedicionarios libertadores de la ciudad mártir...

El Sr. Clemente Martínez, tras enormes palos, al igual que el Sr. José Miguel Lambiasse, después de haberlo liquidado todo lo que tenía, lo azotaron cruel y despiadadamente en presencia de su señora esposa, quien a consecuencia de semejante vejamen quedó enloquecida y.... falleció.

¡Vergüenza, cúbrete tu rostro! Que los libertadores preparan más festines en la misma noche tenebrosa y fría, antes de aclarar el nuevo día de agosto.

Ramón Zárate, ¡levántate y da lo que tienes y cállate!

J. Benito Torres, aguanta, que te visitan los libertadores!
"Hijos de Américo V. Albertini", para vosotros, amaneció el día 1 de agosto. En pleno día vuestros intereses fueron liberados tranquilamente a la vista atónita de la población emocionada ante tamaño espectáculo.

¡Vulgares saqueadores, asaltantes a mansalva! .¡Bandoleros que mancháis los uniformes que os dio la Patria! ¡Os conocemos a carta cabal. Vosotros no debéis ser colorados honrados! ¡No debéis ser los herederos del Centauro de Ybycuí, el General Bernardino Caballero!.... No: vosotros sois los repugnantes "Pynandíes", caballos de batalla del más repugnante y sanguinario tiranuelo de América, el dictadorzuelo moribundo Higinio Morínigo, que las Américas miran impasibles que la dictadura florezca todavía, con flores regadas por países democráticos.... Armamentos a tutiplén para el Dictador.

Entre vosotros es desconocido el escalafón militar. Todos sois autómatas. Todos mandáis por igual para el latrocinio y obedecéis para el robo, que es la misma cosa. Vuestro lema es "robar, saquear, destruir, romper, quebrar, mutilar, y así lo hicisteis"... Robasteis muchísimo, en Concepción. Arruinasteis a una ciudad floreciente y próspera de otro tiempo.... Y robasteis a más del Comercio, a casas particulares, desde luego, era esa la recompensa prometida por vuestro infame dictador..... Llegasteis descalzos y rotosos con trapos rojos, como distintivos de toreros a nuestra ciudad mártir, y regresasteis a vuestros hogares como gente, con vestimentas nuevas y bolsillos repletos del fruto de vuestras rapiñas... Y otros hasta con mercaderías, muebles, radios, máquinas de escribir y de coser y otros enseres.... Cumplisteis a las mil maravillas vuestra misión de "Libertadores".... Volvisteis a vuestros hogares con la bella recompensa de vuestro "amo", a quien salvasteis de un seguro naufragio....! .

Pero, como cristianos, como decís que sois, os remorderá vuestra conciencia, si la tenéis, hasta la tumba y más allá de la tumba... ETERNAMENTE!. Mares de lágrimas, torrentes de amarguras correrán sobre vosotros...

El inmenso dolor de todos los damnificados por vosotros, os acompañará como una eterna maldición para toda vuestra vida... El infortunio y el desastre económico de todos los perjudicados por vuestras manos enlodadas y nauseabundas, serán los índices acusadores implacables que os señalarán, ante la posteridad, como réprobos miserables instrumentos de un tirano, que se ha servido de vosotros, como palancas, para sostener su ignominiosa dictadura. El estigma denigrante candente con que os reconocerán las generaciones presentes y futuras es y será el de "LADRONES!!!!
Y sigue la devastadora obra de latrocinio durante todo el mes de agosto... ! Ya no eran las bombas de aviones enemigos las que nos tenían enloquecidos... Esos aviones ya dejaron de surcar el espacio azul. Ya dejaron de vomitar sus cargas mortíferas... Eran sí, los tiros de fusilería de los "Pynandíes" que, entrada las noches, comenzaba, presagiando los atracos a lo ajeno. Porque detrás de los tiroteos venían los asaltos consabidos de los gloriosos hijos de Marte!....

Y van desfilando siempre, como en una vista cinematográfica, las casas saqueadas, estén o no sus dueños, por los flamantes R.I.5 famosos, tristemente famosos por sus fechorías.

La "Casa Hollywood" casa de modas con artículos finos, cerrada en ausencia de su dueño el Sr. E. Pereira, fue sacudida con la misma furia, por los gloriosos libertadores, que no dejaron bien limpia la casa.

"Romañach & Marsal", gran almacén y depósito de frutos, fue así mismo arrastrada por la corriente saturadora de libertad hacia los toneles sin fondo de los gloriosos expedicionarios libertadores.

Antonio De Giácomi (Antonio Gringo), tienda y almacén a su vez, recibió el zarpazo aleve de los democratizadores rojos, que como tales, se aprovistaron libremente del suculento granero.

Sigue remolineando el espeso torbellino arrasador sobre la casa de Wadi Armele e Hijos, a la que dejó limpia como a las otras...

Y el ciclón rojo, incontenible, sigue arrasando los cimientos mismos de los hogares de familias, convirtiéndolos en agrietados recintos desiertos y desmantelados totalmente...

Doña Julia Spika de Albertini, modista, madre de muchos hijos, incansable trabajadora, modelo de madres, lloró amargamente sobre la ruina de su hogar y los humeantes escombros, hasta de intereses ajenos confiados a su cuidado, que también se esfumaron como ilusión de enamorados.

La mansión señorial y principesca de don Hernando Isnardi, saqueada en pleno día, en el corazón mismo de la ciudad, convertida por obra y gracia de la "Falange Roja" en Delegación de Gobierno, es hoy, el local de la "Feria de los Pynandíes", donde exhiben todos los héroes de la horda, hasta los rencorosos y vengativos "Sandía Yvy-guy" de los componentes de la "Guarnición de Hierro Colorada de 180".

¡Esa alfombra regia y soberbia, sobre la cual se deslizaron los sedosos y dorados zapatos de la aristocracia concepcionera en días memorables de las grandes fiestas familiares, es hoy hollada, convertida hoy en un ¡Asilo de Dementes! ¡Qué sarcasmo! ¿Desde allí se predica...? ¿Qué?....

Los hierofantes rojos sermonean! Llamando a la concordia al pueblo, al que han torturado, robado, saqueado y sepultado bajo los escombros humeantes de su heredad, que es todo su patrimonio, o su fortuna....

Yo quisiera una melancólica flauta de cristal en mis manos, para con ella aproximarme, en esa noche de luna, en la desierta ventana del amigo ausente, para entonar el MISERERE, y remembranzas... Cantando como BECKER: "Volverán las oscuras Golondrinas, sus nidos a colgar por el alero de tu ventana... Volverán todos, sólo ya no volverán, aquellos que fueron con los GLORIOSOS VAMPIROS BERMEJOS de pañuelos rojos hasta las orejas"... de zarpas y de unas muñecas... que se llevaron, como recuerdo de la "Ciudad Mártir", liberada por ellos, por los ladrones "Pynandíes" insaciables...

La vetusta residencia de la Srta. Manuelita Zavala, como cariñosamente se la llama, de ilustre abolengo, no fue respetada por los sádicos elementos dictatoriales, que todo llevan por delante. Violentar las puertas y entrar de lleno al pillaje, fue uno...

¡Cuántas prendas y objetos de valor, recuerdos de familias, volaron al conjuro de "VAE VICTIS"! Porque todo el delito de esta cristiana y santa mujer, consiste en sustentar el ideal democrático, como buena descendiente de familia democrática. Pobre Manuelita, lisiada como está, cuando vuelvas a tu hogar, como todos los buenos concepcioneros, encontrarás solo la sombra y nada más de tu casa solariega. Garantía de los pacifistas colorados, auténticos representantes de la Democracia Paraguay!! ...¡Oh Democracia!, incendian tu población cínica y desvergonzadamente. No sabemos por qué milagro, por qué suerte no la convirtieron tu casa en garage, caballeriza, gallinero o pista para la aristocracia roja novicia... ya para oficina pública, no es apta, por su presentación un tanto anticuada, para los excelsos libertadores de la ciudad mártir, que solo pretenden Palacios de cristal para sedes de sus oficinas. Los caballeros pigmeos, cabalgando sobre las flechas envenenadas de Volta Gaona, adulteraron tu alcoba y se llevaron tus alhajas, tus joyas, tus libros, tus imágenes santas y, cuanto encontraron, cuando vuelvas Manuelita, llorarás sobre tus despojos de tu hogar, antes risueños y felices!.... Maldita sea la invasión de la horda roja salvaje!.... El Padre Bolaños conjuró el desmoronamiento del lago Ypacaraí, que se produjo por un fenómeno sísmico, pero el Padre Moleón no pudo conjurar el desmoronamiento de la ciudad mártir, que se produjo por un fenómeno satánico!...

Blas Aquino, que no podía escuchar el ruido de cadenas que arrastraban sus conciudadanos, impuestas por un obscuro dictador, por la espantosa soledad de su Patria amada, que deseaba un pueblo libre, sin tiranos ni opresores y no un rebaño abyecto y claudicante de lobos hambrientos adornados con trapos rojos carnavalescos; su delito fue su amor inmenso a la libertad para todos los hombres que habitan nuestra Patria libérrima.

"Por la Democracia, por la libertad" fue siempre su grito de Hombre Libre.... Y, y cuando sonó el himno de la eterna Marsellesa para la Patria oprimida, el 8 de marzo de 1947, albores para él, un nuevo día de esperanza y de fe para la buena causa de que tanto suspirara, no titubeó ningún fugitivo instante. Hombre de acción, no podía permanecer indiferente ante el solemne llamado de la Patria encadenada, que quería romperla. Y se alistó en las filas de los libres, arrastrando consigo la flor y nata de la juventud concepcionera. Porque era el conductor querido de esa juventud y de su pueblo todo. Fue con ellos a enfrentarse con el tirano, a romper cadenas. No le resultó; no tuvo la culpa. Factores adversos múltiples se interpusieron a la realización de sus sueños de libertad... sueños truncos momentáneamente!... Y, la casa de Don Blas Aquino fue saqueada y adulterada por la planta inmunda de los "Pynandíes", que no por congraciarse con el ausente, arrastraron su piano bajo el desmantelado techo de un rancho, en donde los "Gloriosos" se ensayaban a ejecutar la polca colorada, ellos que nunca vieron un piano!!... ¡¡Asnos tocando arpa!!...


Tomado de: CONCEPCIÓN - VIVENCIAS DEL 47

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