Hermano de Miguel
Ángel, también concepcionero quedó en su ciudad varias décadas más, hasta que
se trasladó a la Capital, donde falleció.
En su condición de agrónomo fue profesor
en varios Colegios y en la Escuela Agrícola. Herman era un hombre muy simpático
e incisivo en su oratoria y en cuanto tenía que decir algo, a boca de jarro, lo
decía. Es así que, se cuenta una simpática anécdota de él.
En la época del
dictador Higinio Morínigo, fu nombrado
Director de la Escuela Agrícola de Concepción, cuando en una ocasión se recibió
la visita del Ministro de Agricultura Darío Queiróz, quién pidió hacer un recorrido
por el establecimiento.
Cuando llegan a un chiquero, uno de los agrónomos
acompañantes dice: “¿No le parece Sr. Ministro que estos chanchos debieran
estar en un chiquero con pisos de ladrillo y permanentemente limpios?”. Ni
corto ni perezoso, sobre la marcha dice el Sr. Aponte: “No hagáis caso Sr.
Ministro a las estúpidas manifestaciones de los profanos de la materia”, despertando
así la hilaridad entre todos los presentes.
Herman Aponte
escribió muchos artículos interesantes en los periódicos de Concepción y era
muy locuaz en su condición de locutor radial.
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