Los hermanos Nicola y
Luca Niksich, Carlos María Sienra Isnardi, los Paradeda Quevedo, los Canale solíamos
estar a la pesca de los aviones gubernistas que venían a bombardear la ciudad y
una vez ubicada la zona donde cayó una bomba, abandonábamos nuestras “tucas” y corríamos
hacía el lugar en busca de las esquirlas, que las guardábamos, recogiendo
también los boletines que lanzaban esos aviones y también todos los chicos, al escuchar
un petardo especial que se lanzaba desde la Imprenta “Minerva” de don Juan A.
Caballero íbamos a recogerlos llevando así las últimas noticias rebeldes a
nuestros padres.
Todos estos objetos lo he guardado con el fin de tener para la
posteridad una colección de recuerdos de la Revolución. Lastimosamente esto fu
imposible porque luego de entrar a la ciudad las fuerzas gubernistas, mi padre,
como extranjero y temeroso de allanamientos y represalias, los tiro todo en el
fondo del “excusado” que era lo que se utilizaba entonces en aquella época.
Y efectivamente una vez hubo un allanamiento (que
se describe en otro apartado). Lo que sentí de verdad es el entierro de una
bala de cañón de 105 mm que me trajo de obsequio el amigo de familia el Tte. de
Enfermería Antonio Rolón Peña apostado
en su puesto de enfermería en el Paso Pedroso de Belén sobre el Ypané donde cayó
dicha bomba y no explotó por lo que peligroso tener dicha bala en la casa salvo
que socialistas retiraran el percutor que
se encontraba intacto. Así he perdido numerosas esquirlas pedazos de bombas no explotados
con su azufre o pólvora boletines de ambos bandos proyectiles y cuantos otros
objetos que tan solo quedan como lamentos en el recuerdo.
Cuando se escuchaba
el motor de los aviones corríamos hacia el puerto ¿Para Qué? Sencillamente porque
teníamos amigos entre los marineros quienes nos prestaban sus fusiles para jugar
tiro al blanco sobre los aviones que sobrevolaban la zona. Por supuesto, todo
sin consecuencias, pues no conocíamos el manejo de las armas y todo era por
simple diversión.
Fuente: Pinceladas y Vivencias del 47 - Dr. Pedro D. Ruso S.
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