
El se sentaba en las veredas sobre su nalga y con un machetillo sacaba los yuyos y malezas de entre hendijas y hendijas de ladrillos. Cuando el clima tórrido el trópico lanzaba sus rayos solares sobre su cabeza, es cuando comenzaba su delirio y lanzando gritos denigraba y maltrataba en palabras a cuantos se le ocurría en esos momentos.
Pero era muy clásico que los jóvenes o algunos adultos ya por diversión o por reírse solamente de algunos personajes de Concepción, le pasaba unas moneditas y le insinuaba al oído para que comience a despotricar contra fulano o zutano.
Y así es que frecuentemente gritaba “Delegado, Delegado sinvergüenza, ho´upá che plata” o así “Intendente, Intendente monda, o mondapá che plata”.
No faltaron seguramente algunos jóvenes anticlericales de la época que le azuzaban para que gritara “Monseñor fulano y sinvergüenza, hetá i kuñá ha omondapá aveí che plata”.
A las 6 de la mañana ya estaba en la vereda del vecino, que siempre lo contrataba 2 o 3 veces al mes. Al mediodía en su puesto, tomaba su tereré con la yerba que le regalaban y comía unas empanadas o unas tortillas y a veces platos de comidas suculentas que siempre le convidaban.
Al entrar el sol terminaba su trabajo, cobraba sus patacones y se erguía sobre su muleta y emprendía el regreso hacia el albergue que le brindaban en los barrios.
Era tan lento su desplazamiento con su muleta, y en esta atado al bolsón y sus elementos de tereré, que hacia término medio una cuadra en 30 a 45 minutos.
Sobre la causa de su parálisis había varias versiones: una decía que fue producto de un accidente sufrido cuando vivía como criado en una casa, y que al accidentarse lo tiraron a la calle. Otros dicen que haciendo sus trabajos de mandadero, cuando era joven aun, que una carreta cargada de productos del agro le paso por encima de las piernas, triturando sus huesos y que a consecuencia de ello quedo paralítico, pero el, con orgullo de hombre de bien, n o quiso mendigar y decidió trabajar de limpiador de veredas y consiguió que personas caritativas le consiguieran todos los elementos para su desplazamiento y para limpiar veredas, hasta que dicen que murió trabajando como siempre.
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