Como venía sobrevolando la zona del Salesiano un avión gubernista, cuyo piloto quería bombardear la Barraca de la firma "Ruiz y Jorba" pegada al Salesiano, creyendo que ahí había un gran depósito de armas y pertrechos, erró unos 100 metros. Y la bomba cayó, como se dijo, al costado de la tuca de los Echagüe.
En esta tuca, la madre de los Echagüe, doña Concepción Torales de Echagüe acababa de ubicar a tres de sus pequeños hijos, pero como una hija menor no volvía del almacén adonde se la había ocupado, al escuchar el silbido de la bomba que caía, corrió del corredor hacia la boca de la tuca y... en eso estalla la bomba a escaso medio metro donde se encontraba corriendo doña Concepción, matándola instantáneamente.
En gesto digno de mención, el Cnel. Juan Lisboa, quien era Jefe de Intendencia de las Fuerzas Revolucionarias, entregó al soldado Blas Echagüe dos billetes enormes de a 1000 $ c/u para sustento de la familia y a sus hermanas envió víveres y una pieza de tela negra para luto.
El Sr. Leandro Echagüe y Flia. fueron alojados en una habitación del Colegio Salesiano, con sus hijos, durante 26 días.
Con motivo de la toma de Concepción e invasión del campo por las huestes gubernistas (pynandíes), el Sr. Leandro Echagüe tuvo que abandonar su Estancia "Cerrito Totora", la que fue ocupada por centenares de soldados quienes, ayudados y azuzados por vecinos colorados, llegaron a faenar más de 400 cabezas vacunas para festines corridos y no contento con esto, destrozaron totalmente la Estancia. Pero el Sr. Leandro Echagüe era apresado constantemente por orden del Cap. Chávez y gracias al pedido especial del Sr. José D. Portillo, se le concedió un salvo conducto y ya no se lo molestó más, pero, lamentando las víctimas de los bombardeos, pocas por cierto en Concepción, fueron muchísimas sin embargo a lo largo y ancho de la República, perpetradas no sólo por colorados, sino también por las huestes revolucionarias, no pudiendo sopesarse hacia qué lado de la balanza se inclina uno u otro grupo. Estas calamidades sirven de ejemplo y mensaje para éstas y futuras generaciones por aquello de que "LOS HERMANOS DEBEN AMARSE LOS UNOS A LOS OTROS". Y que, en nombre de DIOS, la PATRIA y la FAMILIA, no se repitan más tamañas iniquidades.
Fuente: Pinceladas y vivencias del 47 - Dr. PEDRO RUSO
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